Apuesta por hacer cumplir la ley y la Constitución «con todo rigor» frente a quienes la desafían «de manera frontal».
La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales considera que no es el momento de emprender una reforma constitucional que cree que solo supondría alentar una «tensa confrontación política» sin ninguna posibilidad de alcanzar acuerdos suficientes.
Así figura en el último Papeles FAES, un análisis ‘Sobre la reforma constitucional del Estado autonómico’ del catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Complutense de Madrid, Germán Fernández Farreres, quien apuesta por hacer cumplir la ley y la Constitución «con todo rigor» frente a quienes la desafían «de manera frontal».
«Si no se actúa así, se corre un serio riesgo institucional de deslegitimación del Estado», apunta Fernández Farreres, al mismo tiempo que descarta la urgencia y oportunidad de emprender ahora una reforma constitucional sobre la que considera que las propuestas formuladas tienen escasa consistencia.
Fernández Farreres advierte de que emprender una reforma de la Carta Magna fomentaría una controversia política «indeseable por estéril y frustrante» y con pocas perspectivas de mejorar la situación actual. A su juicio, plasmar en la Constitución la realidad del Estado Autonómico «no presenta problemas ni dificultades», ya que podría realizarse una «mera actualización» del Título VIII mediante un proceso interpretativo y aplicativo del mismo.
Para el catedrático madrileño «afirmar que la conflictividad se debe a una deficiente regulación constitucional de las técnicas de reparto de competencias es una afirmación infundada», al igual que pretender que, una vez corregidas esas técnicas, el problema se resolvería.
También critica que los «empeños reformistas» se reduzcan «a tan poca cosa» y la falta de concreción que considera que hay en la propuesta de un modelo federal, a la que atribuye sobre todo un alcance ideológico, cuando no meramente simbólico.
Frente a estas propuestas, reclama voluntad colaboradora y cooperadora, en el marco de la lealtad constitucional, porque de no ser así por muchas que sean las técnicas y las previsiones que acumule la Constitución «de poco servirán», apostilla.
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