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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Estalló la falsa unidad. Por Santiago Abascal

Los separatistas hicieron una vez más alarde de su inmoralidad y pisotearon el recuerdo de las víctimas.

No podía ser. La manifestación que tuvo lugar este sábado en Barcelona no fue, ni de lejos, un acto de unidad contra el terrorismo. No lo fue porque no lo podía ser. No puede organizarse un acto al que asistan el rey de España, los partidos del establishment, los separatistas, los etarras de Bildu y los filoetarras de la CUP, y pretender a la vez que ese engendro antinatural no saltase por los aires.

El Rey demostró su valor y su serenidad y, sobre todo, su ánimo de ser el Rey de todos los españoles, incluso de los que no merecen el honor de serlo. No podía hacer otra cosa S.M que seguir las instrucciones gubernamentales de asistir a la manifestación. Por desgracia, el cobarde y pusilánime gobierno que sin dignidad preside Mariano Rajoy fue incapaz, una vez más, de proteger al nuestro Jefe de Estado de los insultos de la chusma separatista y antisistema. Como ha venido ocurriendo sistemáticamente, ante la pasividad gubernamental, con las pitadas al Rey y a nuestro himno nacional en la Copa del Rey.

Y es que los separatistas hicieron una vez más alarde de su inmoralidad y pisotearon el recuerdo de las víctimas aprovechando la manifestación para exhibir sus infames esteladas y abuchear al Rey de todos los españoles. Demostraron que no les importan ni las víctimas ni la seguridad de los ciudadanos. Para ellos solo importa la construcción de su ridícula nacioncita y están dispuestos a pasar por encima de todo para conseguirlo. La manifestación de ayer fue para ellos una ocasión más de demostrar quién manda en Cataluña.

Para ello contaron con la ayuda entusiasta de los antisistema y los voceros de la ETA. Amigos como son de todos los terroristas, aprovecharon para desviar la responsabilidad de los atentados hacia el Rey y al Gobierno con la disparatada acusación de ser los culpables de los muertos de las ramblas por vender armas a los terroristas. ¡Un atentado perpetrado con una furgoneta!

Desgraciadamente la fiscalía no perseguirá unas calumnias contra el Rey que son un insulto para todos los españoles de bien.

Cuando se produjeron los atentados de Francia, pudimos ver a la asamblea nacional francesa cantar al unísono la Marsellesa. Vimos también como la fuerza aérea francesa bombardeaba las posiciones del estado islámico. Durante los meses posteriores a los atentados, muchas mezquitas del odio fueron cerradas y numerosos predicadores de la Yihad fueron enviados a sus países de origen. Y eso que la reacción de Francia se quedó más que corta para lo que debió ser, incluso electoralmente.

Desgraciadamente los gobernantes españoles no harán nada similar.

Mientras tanto, los terroristas, contemplan con regocijo nuestra división y nuestras querellas internas. Estudian nuestras lagunas de seguridad y se congratulan de la descoordinación y falta de lealtad entre administraciones. Se carcajean de la forma en la que blanqueamos a los terroristas (unos chicos extraordinariamente integrados en nuestra sociedad) y nos preocupamos más por prevenir la suouesta islamofobia que por evitar la propagación del totalitarismo islamista ente la juventud musulmana española.

A buen seguro ya estarán preparando el próximo atentado en nuestro suelo.

Desde VOX seguiremos denunciando a los únicos culpables de los atentados, que son los yihadistas y los salafistas que les dan apoyo ideológico. Pero denunciaremos también la cobardía institucional para proteger nuestras fronteras, detener la inmigración islámica, cerrar las mezquitas salafistas, expulsar a los delincuentes extranjeros, retirar la nacionalidad a los nacionalizados que propaguen el fundamentalismo y acabar con las ayudas sociales a ilegales y yihadistas. No callaremos ante este suicidio al que nos quieren conducir.

Y continuaremos combatiendo a los que quieren romper la unidad de nuestra Patria. Y denunciando a los que lo permiten haciendo dejación del poder que el pueblo español les ha concedido.

Por suerte cada vez más ciudadanos reaccionan frente al fatalismo y frente a la corrección política. Los españoles despertaremos de esta pesadilla y volveremos a tomar las riendas de nuestro destino, ese que el separatismo y el islamismo nos quieren arrebatar.

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