La inquietud aumenta en las filas del PSOE ante el goteo de informaciones sobre el exministro de Transporte y exsecretario de Organización socialistas José Luis Ábalos, cuyo caso, sostienen, está siendo usado por la oposición para «intentar desgastar al Gobierno» y a la larga podría perjudicarles electoralmente.
Los socialistas defienden que el partido abrió expediente de expulsión al exministro después de conocer los supuestos hechos por los que le investiga el Tribunal Supremo e insisten en que tras eso sólo pueden colaborar con la justicia para que se sepa la verdad y se dicte una sentencia, que ellos respetarán. Sin embargo, tal y como adelantó The Objective, la actual novia de Ábalos ha confesado que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conocía al detalle las prácticas del exministro y le ha «traicionado».
Varias fuentes del partido reconocen el daño reputacional que puede provocarles este caso tras las «escandalosas» noticias que se vienen conociendo en las últimas semanas y en las que, entre otros asuntos, señalan a que el exsecretario de Organización socialista medió para que empresas públicas contrataran a su expareja Jesica Rodríguez.
El escándalo arrancó en febrero de 2024 al conocerse una supuesta trama de cobro de comisiones ilegales en la compra de mascarillas durante la pandemia en la que habrían estado involucrados el exministro, su exasesor Koldo García y el empresario Víctor de Aldama.
Desde entonces, las informaciones sobre las supuestas actividades ilícitas del exministro se han ampliado a asuntos relacionados con su vida privada y han copado numerosas portadas de prensa y horas de programas de televisión.
Las mismas fuentes apuntan a que lo que más preocupa en Ferraz es que se produzca un desgaste en la imagen de la política y se regrese al «todos los políticos son iguales» y enfatizan que en cuanto el partido tuvo conocimiento de los hechos, activó el proceso para expulsarle.
Tras esto, recuerdan, Ábalos presentó un recurso contrario a la decisión e intentó que el Congreso no diera el suplicatorio para que el Supremo pudiera investigarle.
«Que la justicia actúe», repite esta fuente, que también señala que hay fuerzas políticas que intentan que estas informaciones «traspasen al Gobierno» y pone de ejemplo el reciente caso de la ministra de Educación y portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, quien ha tenido que dar explicaciones sobre su presencia en el parador de Teruel la misma noche en la que supuestamente Ábalos organizó una fiesta.
«La gente se pregunta cosas cuando lo ve todo el día en televisión», afirma esta fuente.