«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Interior explica la política de acercamiento de presos etarras

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha confirmado que habrá acercamiento de presos de ETA a las cárceles del País Vasco, pero ha puntualizado que siempre serán «legales» e individualizados, con un estudio exhaustivo de cada caso y comunicado previamente a las víctimas.
Así lo ha manifestado Grande-Marlaska en la Comisión de Interior del Congreso, donde ha comparecido, a petición propia y del PP, para, entre otros asuntos, explicar esa política, después de que este verano se haya acercado hasta la cárcel de Basauri (Bizkaia) a dos presos etarras arrepentidos que cumplían condena en Asturias.
Se trató de Olga Sanz y Javier Moreno, que habían accedido recientemente al tercer grado y que ya en 2016 fueron trasladados desde centros penitenciarios de Madrid hasta la cárcel asturiana de Villabona. «Y nadie dijo nada», ha resaltado el ministro, en alusión a que la política de acercamientos ya se aplicaba con el Partido Popular, que ahora se une a las víctimas en las críticas al Gobierno por este asunto.
Precisamente, Olga Sanz accedió al tercer grado en febrero de este año, cuando aún gobernaba el PP, mientras que en abril, también con el Ejecutivo de Mariano Rajoy, la Junta de Tratamiento de la cárcel pidió para Javier Moreno el acceso al régimen abierto.
Ambos se habían acogido a la denominada vía Nanclares y habían mostrado arrepentimiento, además de haber progresado de grado, dos de los requisitos que, junto con otros como su participación en programas de reinserción, podrán tenerse en cuenta en cada estudio individualizado de los reclusos susceptibles de acercar.

233 etarras

Grande-Marlaska ha cifrado en 233, 205 hombres y 28 mujeres, los presos de ETA recluidos en cárceles españolas, de los que 203 están clasificados en primer grado (los más peligrosos), 28 en segundo grado u ordinario y dos (los trasladados) en tercer grado o régimen abierto.
Serán criterios «objetivos» los que se tendrán en cuenta para cualquier acercamiento. «Se está trabajando por los profesionales con tranquilidad, de forma individualizada y cumpliendo la ley», ha zanjado.
«Mi compromiso con las víctimas es férreo», ha enfatizado el ministro antes de insistir: «Habrá traslados, pero con criterios de legalidad, individuales y necesarios».
Ha reconocido que la política de dispersión fue «exitosa» en la lucha contra ETA, pero ha recordado que ya los dirigentes del PP vasco y el propio exministro Jorge Fernández Díaz apostaron por revisarla, una vez que la banda declaró el cese de la violencia.
Marlaska, quien ha hecho hincapié en que el acercamiento no es un beneficio penitenciario, ha salido al paso de las manifestaciones de algunos grupos al recordarle un auto de 2015, cuando aún ejercía de juez, en el que se oponía a esa medida, y ha dicho que en ese momento ETA no estaba disuelta.

Las quejas de Bildu

Marian Beitialarrangoitia, de Bildu, ha preguntado al ministro si se va a cambiar la política de «excepción» y se va a repatriar a los presos, ya que, a su juicio, no hay excusas para seguir vulnerando los derechos fundamentales de los reclusos, uno de ellos cumplir condena cerca de su familia.

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