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De Garzón a Montero

Irene Montero, la obesidad y la esquizofrenia del Gobierno de Pedro Sánchez

Cartel compartido por el Ministerio de Igualdad.
Cartel compartido por el Ministerio de Igualdad.

El Ministerio de Igualdad del Gobierno de España ha publicado un cartel reivindicando la obesidad, como una forma válida como cualquier otra, como algo bueno, cuando es un importante problema de salud que se está extendiendo en los últimos años en España.

Es difícil entender al Ejecutivo de Pedro Sánchez. Mientras algunos ministros, como el de Consumo, Alberto Garzón, sermonean a la población acerca de las maldades del consumo de bollos o refrescos, incidiendo en su peligrosidad para la salud; o de carne, por ser perjudicial para el medio ambiente, ahora, desde otro ministerio, reivindican la obesidad.

Todos los cuerpos son válidos y tenemos derecho a disfrutar de la vida como somos, sin culpa ni vergüenza. ¡El verano es para todas! El verano es nuestro”, ha escrito en Twitter este miércoles la ministra de Igualdad, Irene Montero, adjuntando un cartel ―cuánto habrá costado, esa es otra― en el que aparecen algunas mujeres en la playa.

“El verano también es nuestro”, se lee en lo que parece el lema de la campaña contra la ‘gordofobia’. Una mujer delgada levantando el brazo dejando entrever que no se ha depilado las axilas, una mujer obesa feliz, y lo que parece una pareja de lesbianas ―por supuesto interracial― también con decenas de kilos de más, aparecen en la imagen exultantes en la playa.

El Gobierno de Sánchez está elaborando una reforma de la ley antitabaco que pretende prohibir fumar en lugares al aire libre donde puedan darse grandes aglomeraciones de gente, incluyendo determinados recintos privados, estadios deportivos, conciertos e incluso terrazas. El objetivo es, se entiende, proteger a los ciudadanos del problema de salud que supone el tabaquismo.

Al margen de la idoneidad o no de esa legislación embrionaria, lo cierto es que ese tipo de medidas –junto a las citadas ocurrencias de Garzón– se dan de bruces con iniciativas como las del Ministerio de Igualdad, que parecen decir a la ciudadanía que da igual estar gordo; es más, que es lo mismo que no estarlo. Es esquizofrénico. Una cosa es no criminalizar a la gente por su aspecto físico y otra muy distinta vender como algo bueno un problema de salud como es el de la obesidad.

Pero la esquizofrenia no es solo por una cuestión de salud. El Gobierno socialcomunista, el supuesto salvador de los trabajadores, de los pobres y desfavorecidos, se dedica –en medio de una crisis cuyo fin, desgraciadamente, se augura lejano– a destinar recursos públicos a decirle a los obesos que presuman de cuerpo en la playa. Y se olvida de los trabajadores. El problema, como ya han contestado a la ministra en las redes, es que muchísimos españoles no podrán pisar la playa este año.

¿Qué cree que pensarán, señora ministra, los obreros de izquierda cuando vean que el supuesto Gobierno del proletariado se dedica dilapidar tiempo y dinero público en animar a las ancianas a enseñar las tetas en la playa y a las gordas a lucir sus michelines?

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