La Fiscalía ha pedido mantener en prisión a Forn y al expresidente de la ANC Jordi Sànchez, también diputado, en un informe que ha presentado este martes al juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena.
El hasta ahora diputado de Junts per Catalunya (JxCat) Joaquim Forn, en prisión provisional en la cárcel de Estremera (Madrid), ha decidido dejar el escaño «por motivos personales» y para facilitar su defensa jurídica y su puesta en libertad, según han explicado fuentes de su fuerza parlamentaria.
Forn, cesado como consejero de Interior en aplicación del artículo 155 de la Constitución y encarcelado en Estremera desde el pasado 2 de noviembre como Oriol Junqueras, meditó abstenerse de participar en las elecciones del pasado 21 de diciembre, aunque finalmente decidió sumarse a la lista de JxCat en el número 7.
La renuncia de Forn se produce días antes de que se celebre en el Parlamento catalán la sesión de investidura del nuevo presidente de la Generalitat, que debe tener lugar como muy tarde el 31 de enero y en la que Carles Puigdemont aspira a ser elegido.
Precisamente la estrategia de Puigdemont para lograr ser investido, pese a las reticencias de los propios letrados de la Cámara a una investidura a distancia, y su pulso al Estado complican la línea de defensa de los presos separatistas.
En la sesión constitutiva del Parlamento regional, la semana pasada, Forn pudo delegar su voto -como los otros dos diputados presos, Oriol Junqueras y Jordi Sànchez- para la elección del nuevo presidente, Roger Torrent.
La Fiscalía ha pedido mantener en prisión a Forn y al expresidente de la ANC Jordi Sànchez, también diputado, en un informe que ha presentado este martes al juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, que deberá ahora decidir sobre la petición de excarcelación de ambos.
Con la renuncia de Forn a su escaño correrá la lista de JxCat por Barcelona, lo que debe permitir al número 18 de la candidatura, Antoni Morral, acceder al acta de diputado.
Mientras tanto, los diputados de JxCat y ERC en Bélgica -salvo Puigdemont- sopesan renunciar a su escaño en las próximas horas para blindar así la mayoría absoluta separatista en el Parlamento.
Diversas fuentes secesionistas consultadas han explicado que es «probable» que Clara Ponsatí, Lluís Puig y Meritxell Serret dejen «pronto» su acta de diputados, a la vez que apuntan que Antoni Comín se muestra reticente a ello.
Con la sustitución de como mínimo tres diputados en Bélgica, y suponiendo que la CUP sumara sus votos a JxCat y ERC, los separatistas se asegurarían para la investidura al menos 68 votos -sin contar el de Puigdemont, pero sí el de los diputados que permanecen presos, que ya pudieron delegar su voto en la sesión constitutiva- y no haría falta recurrir al voto delegado de nadie.
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