«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
convirtieron el restaurante La Tragantía en su particular centro de operaciones

Koldo facturaba a la sede del PSOE gastos de Ábalos en un restaurante que rondaban los 3.000 euros mensuales

Koldo García Y José Luis Ábalos. Europa Press

La presunta red de corrupción que rodea al exministro de Transportes José Luis Ábalos no se urdió entre despachos oficiales ni ministerios, sino en salones privados de restaurantes pagados con dinero del PSOE. Según ha revelado The Objective, su exasesor y hombre de confianza, Koldo García Izaguirre, convirtió el restaurante La Tragantía, ubicado en el distrito madrileño de Chamartín, en su particular centro de operaciones durante los años de Ábalos al frente del Ministerio y la secretaría de Organización socialista.

Allí, en torno a mesas llenas de marisco y vino, se celebraban comidas y cenas casi diarias con empresarios y colaboradores. Una mesa del salón reservado se convirtió en «su oficina», donde Koldo se sentaba cada día y desde donde, según testigos, se fraguaban pactos, se cerraban adjudicaciones y se hablaba sin testigos ni papeles. Las facturas mensuales del restaurante llegaban a alcanzar los 3.000 euros y eran abonadas religiosamente por el PSOE.

«Nunca había problema con la cuenta», afirman fuentes próximas al restaurante. La financiación corría a cargo del partido, según los correos internos de Ferraz consultados por el medio, donde se refleja el pago de cantidades como 2.520 euros en julio de 2021, apenas días después de la caída de Ábalos.

El reservado del restaurante ofrecía a Koldo y a los suyos un espacio discreto, «seguro y controlado», lejos de las miradas de los organismos oficiales, pero irónicamente muy cerca del Parque Móvil de la Guardia Civil, en la calle Príncipe de Vergara. La cercanía facilitaba las constantes reuniones de Koldo con mandos de la Benemérita, a quienes conocía bien. Según un testigo protegido que colaboró con la investigación, era frecuente ver sobres intercambiándose en la mesa, sin disimulo, entre Koldo y empresarios que acudían a entregar documentación… o algo más.

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