La nueva dirigencia de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) está considerando como una de sus primeras acciones apoyar en las calles la «integridad» de Carles Puigdemont si finalmente decide regresar a España, cumpliendo así su promesa electoral. La organización, que atraviesa un periodo de dificultades internas y divisiones, busca la forma de respaldar al líder de Junts sin alienar a otros sectores que son críticos con los posconvergentes y que abogan por actuar independientemente de los partidos políticos. A pesar de esto, en relación al «presidente legítimo», cesado tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución, la ANC cree necesario movilizar a la ciudadanía si las autoridades españolas intentan arrestarlo, tal y como ha adelantado THE OBJECTIVE.
La nueva dirección, liderada por el cantante Lluís Llach, quien es considerado cercano a Junts, está elaborando una estrategia de «defensa popular de su integridad en caso de que el poder judicial español intente detenerlo». Así lo han manifestado desde la entidad en una declaración política, donde también instan a Junts, ERC y la CUP a no hacer acuerdos con el PSC ni con ningún otro partido no independentista.
Si anteriormente acompañaban a los presidentes autonómicos a los tribunales —desde Artur Mas hasta Quim Torra—, ahora desean que el movimiento independentista en su conjunto actúe como un escudo humano si Puigdemont regresa a España. El propio Puigdemont ha reiterado que su retorno no será una «frivolidad» y que tendrá un significado político, no personal. La entidad ha tomado nota de ello.
Siguiendo esta lógica no partidista, la ANC quiere ofrecer a la comunidad internacional la imagen de miles de catalanes apoyando a Puigdemont en su retorno. Buscan, además, denunciar los «abusos del poder judicial», independientemente de si los presentes son votantes de Junts, ERC, la CUP u otros partidos independentistas.
Actualmente, la ANC está debatiendo cómo será la próxima Diada, el 11 de septiembre. Las manifestaciones han ido perdiendo asistencia año tras año, y ya no logran proyectar imágenes de cientos de miles de independentistas en las calles de Barcelona, con coreografías e indumentaria de colores coordinados, que desde una vista aérea generaban un notable impacto mediático. Para evitar hablar de un fracaso, están considerando descentralizar los actos de la Diada por toda la región.
En este contexto desfavorable para la movilización en la Diada, la ANC confía en la llegada de Puigdemont como el revulsivo necesario para el movimiento. «Hay mucha gente que quizás no vote a Puigdemont, pero que saldría a recibirlo si regresa«, explica un miembro de la entidad al diario THE OBJECTIVE.
Por otra parte, la ANC ha solicitado a Junts, ERC y la CUP que no den «ningún apoyo activo o pasivo» a una posible investidura del primer secretario del PSC, Salvador Illa, como presidente de la Generalidad. Acusan al líder socialista de presentar desde hace años el plan independentista «como la causa de la supuesta fractura de la convivencia en Cataluña y su decadencia».
«Los partidos independentistas no pueden votar a un candidato que apoyó la aplicación del artículo 155 en el conflicto con el Estado español y que defiende las posiciones del Gobierno de España, los tribunales y demás instituciones españolas», añaden. Asimismo, consideran que no deben respaldar «a un candidato que cambia sistemáticamente al castellano en sus actos públicos», actitud que opinan degrada el prestigio y uso del catalán.