«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
ya había ocupado puestos clave en la cúpula de correos

La «fontanera de Ferraz» supervisó el voto por correo en las elecciones que mantuvieron a Sánchez en el poder

Leire Díez. Redes Sociales

Leire Díez, la mujer a la que el Gobierno intenta presentar ahora como una simple «militante de base», estuvo al frente de la gestión del voto por correo en las elecciones generales de julio de 2023, cuando Pedro Sánchez logró aferrarse a La Moncloa, según recoge El Confidencial.

Esta colaboradora directa de Santos Cerdán, conocida como la ‘fontanera de Ferraz’, ya había ocupado puestos clave en la cúpula de Correos bajo el mandato del amigo personal de Sánchez, Juan Manuel Serrano.

Mientras el PSOE intenta minimizar su papel, se acumulan las evidencias de que Díez no sólo entraba y salía con frecuencia de la sede socialista, sino que ejercía una posición de máxima confianza. Fue directora de Filatelia y Relaciones Institucionales, pero también dirigió durante casi un año Productos y Servicios, es decir, toda la red de oficinas de Correos. Según sus propias palabras, supervisaba más de 2.500 oficinas y era responsable de más de 9.400 empleados.

En esa condición, coordinó directamente el dispositivo del voto por correo durante unos comicios marcados por el caos organizativo y las críticas sindicales. «¿Os acordáis del voto por correo de las pasadas elecciones generales? Pues ahí estuvimos mano a mano todo este equipazo», publicó orgullosa en redes sociales.

La sombra del caos electoral

La convocatoria de elecciones en pleno verano dejó en evidencia las carencias del sistema. Según denunciaron CCOO y UGT, a 48 horas del cierre del plazo, 722.000 personas aún no habían podido ejercer su derecho al voto. Entre los datos: 375.000 ciudadanos no recogieron la documentación pese a haber sido avisados; 47.000 no la habían recibido; y 300.000 tenían la documentación pero no habían acudido a votar.

Los sindicatos señalaron la «nefasta gestión» del presidente Serrano, apuntando a una falta de previsión, ausencia de información institucional, y una presión evitable sobre la plantilla. Criticaron que la reunión para encontrar soluciones llegara tarde y denunciaron la opacidad en los datos. En un comunicado contundente, acusaron al equipo dirigente –con Díez incluida– de estar desmantelando Correos con la complicidad del Gobierno.

Ni expediente ni sanción

A pesar del escándalo, el PSOE no ha abierto expediente ni suspendido de militancia a Leire Díez. La misma mujer que, según reveló este medio, mantuvo una reunión telemática con el empresario Alejandro Hamlyn, investigado en una trama de hidrocarburos, para solicitar información contra el teniente coronel Antonio Balas de la UCO. Un agente que investiga los casos que cercan al presidente: su esposa, su hermano, Koldo-Ábalos y el fiscal general del Estado.

En ese encuentro también estuvo presente el empresario Javier Pérez Dolset, quien afirmó en una conversación publicada en septiembre que Díez actuaba por encargo de Santos Cerdán y del propio Sánchez para desacreditar a jueces, fiscales y periodistas.

El desprestigio de Correos no terminó ahí. Según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la empresa pública incumplió 8 de los 14 objetivos de calidad en 2023, recibió un 326% más de quejas de lo previsto y el tiempo medio de espera fue un 11% superior al estándar. Una gestión desastrosa en la que también tuvo un papel directo la ‘militante de base’ que hoy el PSOE trata de esconder bajo la alfombra.

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