ETA lanzó un coche-bomba al interior del cuartel de Vic y asesinó a 10 personas, entre ellas a cuatro niñas menores que jugaban en el patio.
«Siempre en nuestra memoria. Descansen en paz». Este es el mensaje con el que la Guardia Civil ha recordado a las víctimas del cruel atentado de la banda terrorista ETA el 29 de mayo de 1991, hace hoy 27 años, en la Casa Cuartel de Vic (Barcelona).
ETA lanzó un coche-bomba al interior del cuartel a las siete de la tarde, un momento en el que numerosos familiares de los agentes se encontraban en sus casas y sus hijos jugaban en el patio.
Fueron asesinadas nueve personas, entre ellas dos guardias civiles: Juan Chincoa Alés, de 30 años, y Juan Salas Píriz, de 48; dos mujeres mayores de edad y cuatro niñas-: Maudilla Duque Durán, de 78 años; Núria Ribó Parera, de 26; Rosa María Rosa Muñoz, de 14; Vanessa Ruiz Lara, de 11; Ana Cristina Porras López, de 10; y María Pilar Quesada Araque, de ocho.
También se contabiliza al guardia civil en la reserva Ramón Mayo García, que falleció al ser atropellado por una ambulancia mientras prestaba auxilio a los afectados por la explosión. Además, cuarenta y cuatro personas resultaron con heridas de diversa consideración, algunas de ellas muy graves, con importantes mutilaciones y secuelas.
Vic, 29 de mayo de 1991#ETA asesinó a
Juan, 48 años
Maudilia, 78 años
Juan, 30 años
Nuria, 21 años
Rosa María, 14 años
Francisco, 17 años
Vanesa, 11 años
Ana Cristina, 10 años
María Pilar, 8 añosSiempre en nuestra memoria#DEP pic.twitter.com/2L3BlfBAQa
— Guardia Civil 🇪🇸 (@guardiacivil) 29 de mayo de 2018
El vehículo utilizado, un Renault 6 cargado con más de 200 kilos de explosivos -doce bombonas con dieciocho kilos de amonal cada una- fue proyectado aprovechando la ligera pendiente de una de las calles laterales en las que se encontraba ubicada la casa cuartel. Cuando el coche-bomba estuvo dentro del patio, el sanguinario Juan Carlos Monteagudo activó el explosivo.
La matanza fue perpetrada por el llamado Comando Barcelona, formada además de por Monteagudo por Jon Félix Erezuma y Juan José Zubieta.
