Tres jóvenes de origen magrebí han sido arrestados por la Policía Local de Zaragoza tras ser acusados de una presunta agresión sexual a una joven, a la que intentaron robar el teléfono móvil en las cercanías del recinto Espacio Zity. Según ha podido confirmar El Periódico de Aragón, los atacantes rodearon a la víctima, la inmovilizaron y la manosearon, impidiéndole escapar hasta que finalmente huyeron tras sujetarla de brazos y manos. Los agentes lograron detener a los sospechosos en las inmediaciones después de que la joven pidiera ayuda a un familiar que también se encontraba en el recinto de Valdespartera y que alertó a la Policía.
El incidente tuvo lugar alrededor de las 04.00 horas del domingo, cuando uno de los detenidos se acercó a la víctima con la aparente intención de sustraerle el móvil que sostenía. Al percatarse de las intenciones del agresor, la joven guardó rápidamente el teléfono en su pantalón e intentó escapar de la situación. Sin embargo, otros dos individuos aparecieron y la acorralaron, inmovilizándola mientras el primer agresor trataba de arrebatarle el teléfono y comenzaba a tocarla de manera inapropiada.
La joven logró liberarse cuando comenzó a gritar pidiendo auxilio. Tras ponerse a salvo, llamó a un familiar que se encontraba dentro del Espacio Zity, quien se encargó de dar la alerta. Una patrulla de la Policía Local acudió rápidamente al lugar, logrando localizar y detener a los agresores en las cercanías del recinto, acusados de un presunto delito de agresión sexual. La joven fue atendida en el lugar por una ambulancia, ya que había sufrido un ataque de ansiedad tras los hechos. Posteriormente, fue trasladada al hospital Universitario Miguel Servet, donde se activó el protocolo de atención a víctimas de agresión sexual y fue evaluada por el personal sanitario.
Por el momento, la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM) de la Jefatura Superior de Policía de Aragón se ha hecho cargo de la investigación. A pesar de la gravedad de los hechos, la Delegación del Gobierno en Aragón no informó de lo ocurrido al Ayuntamiento de Zaragoza ni activó el protocolo de agresión sexual. Como resultado, durante el último día de las Fiestas del Pilar, no se realizó ningún minuto de silencio ni se suspendieron los eventos programados en señal de repulsa.