La reforma fiscal con la que el Gobierno pretende prorrogar el impuesto a la banca y eliminar el de las energéticas sigue sin sumar los apoyos suficientes en el Congreso. En este sentido, los socios del bloque de investidura ya sopesan que el proyecto se quede únicamente en un nuevo tributo mínimo del 15% a las empresas multinacionales.
Horas antes de que este paquete fiscal se debata en la Comisión de Hacienda del Congreso, Esquerra Republicana (ERC) y EH Bildu han deslizado la idea de que la norma se ciña exclusivamente al impuesto, que nace de una transposición de una Directiva Europea, por las dificultades para acordar el futuro del impuesto a banca y energéticas.
De esta manera, mientras que Junts ha pactado con el PSOE dejar morir el impuesto a las energéticas, ERC, Bildu y Podemos exigen la permanencia de ese tributo y lo han situado como una línea roja en la negociación. Al mismo tiempo, el PNV ha señalado que no acepta la idea de Sumar y los socialistas de gravar la sanidad privada.
En específico, el portavoz de Esquerra en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, ha asegurado que las negociaciones de esta reforma fiscal siguen en marcha y, puesto que «la base que viene de Bruselas es unos mínimos, quizá sería bueno que saliera». De su lado, la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, ha dicho que su formación intentará «hasta el último momento» que haya un acuerdo para prorrogar el impuesto a las energéticas.