La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) prevé una producción estimada de olivar en Alicante de unas 8.000 toneladas y un repunte respecto a la de 2021/2022 (5.000 toneladas), calificada como la peor de la década y que supuso unas pérdidas económicas de más del 50% sólo en la provincia.
La entidad ha informado de que la producción de este año se está desarrollando de forma «irregular» en las diferentes zonas de cultivo dado que «las precipitaciones han sido muy puntuales y no han afectado de manera igual a todos los municipios«.
«Las inclemencias climáticas están afectando negativamente a este cultivo, hecho que está ocurriendo en todas las zonas productoras del país. Salvo que tengamos un otoño muy lluvioso, España registrará muy poca cosecha», ha señalado en un comunicado en el que reitera que la ausencia de stock ha provocado que los precios del aceite de oliva estén disparados en los supermercado. Hoy son un 86,4% más caros que en 2022. «El precio continuará subiendo en los próximos meses», ha agregado ASAJA Alicante.
En este sentido, lamenta que el productor tenga que hacer frente al aumento de costes que atraviesa el sector agrario. «No podemos hablar de evitar la despoblación, no podemos hablar de la incorporación de agricultores jóvenes al campo si no se garantiza un precio que nos permita hacer rentable nuestras explotaciones».
ASAJA Alicante ha subrayado que España, primer productor mundial de aceite, se enfrenta a numerosos desafíos: la escasez de agua, los bajos precios percibidos por los agricultores, etc. «Y además tenemos que lidiar con la falta de reciprocidad a la que nos condena Europa por imponernos unas reglas del juego diferentes a las de terceros países» ha señalado el presidente de ASAJA Alicante, José Vicente Andreu, al tiempo que ha recordado que el Gobierno decidió inyectar el pasado mes de octubre 115 millones de euros a la agricultura de Marruecos para promover su desarrollo, «dinero que se emplearía en la plantación de 600.000 nuevos olivos, mientras que el cultivo pierde fuerza en España, pasando de representar un 40% de la producción mundial de aceite de oliva a algo más del 21%».