«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Casi una veintena de trabajadores han sido heridos en varias cárceles de Cataluña durante el 2025

Los funcionarios de prisiones del centro Lledoners sufren siete agresiones en una semana causadas por, en su mayoría, inmigrantes marroquíes

Centro penitenciario de Lledoners. Redes Sociales

La situación en las prisiones de Cataluña, especialmente en Lledoners y Brians 2, está alcanzando niveles alarmantes de violencia. En lo que va de 2025, las agresiones a funcionarios no sólo se han mantenido constantes, sino que parecen intensificarse, con casi una veintena de trabajadores heridos en varias cárceles. La última semana ha sido especialmente crítica, con un promedio de casi un ataque diario en el centro penitenciario de Lledoners, ubicado en Sant Joan de Vilatorrada.

El incidente más reciente tuvo lugar el pasado martes, 14 de enero, cuando un interno del Departamento Especial de Régimen Cerrado (DERT), de nacionalidad marroquí, provocó disturbios en el patio. Durante el enfrentamiento, lanzó un mechero contra los funcionarios, impactando en la cabeza de uno de ellos y causándole una herida abierta que sangró profusamente. Los trabajadores intentaron controlar al agresor, pero la situación se desbordó, obligándolos a activar un Código 2, movilizando a casi la mitad del personal del centro para reducirlo.

Este ataque es sólo el último de una cadena de episodios violentos. El lunes anterior, un grupo de internos de origen marroquí atacó a la jefa de unidad de Lledoners y dejó a dos funcionarios heridos, uno con un mordisco en la pierna y otro con arañazos en el pecho. Días antes, otro trabajador recibió un puñetazo al intentar proteger a un interno durante un disturbio, y un funcionario sufrió una fisura en las costillas en otro enfrentamiento.

La situación no es exclusiva de Lledoners. En Brians 2, también se han reportado múltiples agresiones en lo que va del año. El mismo martes, un interno del DERT golpeó a un funcionario en la cara durante un disturbio en el patio, causándole un derrame en el ojo. Este trabajador ya había resultado herido el fin de semana anterior en dos incidentes separados. Además, otras cárceles como Puig de les Basses, Ponent y Quatre Camins también han registrado episodios similares, elevando la cifra de funcionarios lesionados en lo que va del año.

El centro penitenciario de Lledoners, que alberga a unos 850 internos y opera al límite de su capacidad, enfrenta problemas estructurales que agravan la situación. Según fuentes sindicales, la llegada de un nuevo director hace unos meses no ha mejorado las condiciones, mientras que los recursos destinados a la reinserción no contemplan adecuadamente a los internos más violentos. La falta de personal, la proliferación de drogas dentro de las instalaciones y el aumento de reclusos con perfiles peligrosos son factores que contribuyen al ambiente de inseguridad.

Los sindicatos han alzado la voz para exigir medidas inmediatas que frenen esta escalada de violencia. Denuncian que las autoridades no están tomando acciones efectivas para proteger al personal, lo que está generando un clima de temor y estrés constante entre los trabajadores. A medida que avanzan las semanas, la preocupación por la seguridad en las prisiones catalanas no hace más que crecer, dejando a los funcionarios en una situación cada vez más insostenible.

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