Una vez cerrados los colegios electorales, la participación total de estas elecciones del 23 de julio ha sido de un 70,36% frente al 66,23% que se dio en las elecciones generales del 10 de noviembre de 2019. Esto quiere decir que, en comparación, la participación ha subido 4,13 puntos a nivel nacional.
Las comunidades autónomas en las que más votantes han acudido a las urnas han sido aquéllas en las que las temperaturas han sido más bajas durante esta jornada. Éstas son Galicia, con el 73,11%, un 17,26% más que en las últimas elecciones generales; en Asturias la participación ha sido un 13% superior a la de 2019 con el 68,45%; y en Cantabria han votado el 75,53% de los censados, es decir, un 9,79% más.
El PP está a la cabeza y sube en Galicia y Asturias, una subida que coincide en número de escaños con la bajada del PSOE. En Cantabria, el Partido Popular repite resultado y el Partido Socialista sube un escaño, es decir, PP y PSOE empatan en número de diputados.
Frente a las comunidades autónomas en las que ha subido la participación, que han sido la mayoría, están aquellas en las que menos votantes han acudido a las urnas, únicamente dos. Estos datos coinciden con lugares en los que las temperaturas han sido muy altas. Así, Melilla y Cataluña cierran la lista, con un 3,05% menos la primera y un 3,98% menos la segunda.
De este modo, en Cataluña el PSC arrebata un número importante de diputados a los partidos separatistas, en concreto a ERC y Junts per Cat. Sin embargo, en Melilla los resultados quedan igual que en 2019, con el Partido Popular haciéndose con el único escaño que reparte la ciudad autónoma.
En definitiva, las comunidades autónomas en las que los votantes más han acudido a las urnas en comparación con las elecciones de 2019 muestran un resultado que beneficia al Partido Popular. Además, el aumento de la abstención en Cataluña perjudica a los partidos separatistas e impulsa al Partido Socialista.
