Herrero presenta en La Gaceta āDejĆ© de pronunciar tu nombreā, su Ćŗltima novela, y habla sobre los asuntos mĆ”s destacados de la actualidad.
Cuando uno piensa en el periodismo espaƱol contemporĆ”neo, que se le venga a la mente el nombre de Luis Herrero es cuestión inexorable. Periodista todoterreno, ha trabajado en prensa, televisión y radio. Desde 2009, cuando concluyó su efĆmera e intensa incursión en el mundo de la polĆtica (fue eurodiputado del PP), presenta el programa informativo āEn casa de Herreroā, que se emite en esRadio de lunes a viernes de 20:00 a 23:00.
En cualquier caso, el Ć©xito de Herrero no se constriƱe al Ć”mbito periodĆstico, sino que se extiende tambiĆ©n al literario. No en vano, ha vendido mĆ”s de 100.000 ejemplares con sus tĆtulos publicados: Los que le llamĆ”bamos Adolfo, En vida de Antonio Herrero (biografĆas), El tercer disparo, y Los dĆas entre el mar y la muerte (novelas).
Este egregio periodista presenta en La Gaceta āDejĆ© de pronunciar tu nombreā, su Ćŗltima novela. En ella – sirviĆ©ndose de las vivencias de Carmen DĆez de Rivera, que fue jefa de Gabinete de SuĆ”rez – relata los derroteros por los que discurrió el primer aƱo de la Transición espaƱola, esa fascinante y controvertida aventura.
Si observamos la portada de su Ćŗltima novela, podrĆamos pensar que es sólo una historia de amor. Pero lo cierto es que, tras esta fachada, se oculta una verdadera crónica polĆtica.
Es que bĆ”sicamente es una historia de la Transición. Es una historia que lo que trata de contar es el primer aƱo de la Transición espaƱola, desde que nombran a SuĆ”rez presidente del Gobierno hasta que se celebran las primeras elecciones democrĆ”ticas. Y el hecho de que la protagonista de la acción sea Carmen DĆez de Rivera, que fue jefa de Gabinete de Adolfo SuĆ”rez durante ese tiempo, nos permite hacer una introspección retrospectiva de lo que fue su vida, de los momentos mĆ”s duros de una biografĆa muy tensa. Con lo cual, es una novela que tiene esas dos facetas. Pero hay mĆ”s texto dedicado a la Transición que a la historia personal de Carmen.
La Transición es uno de los momentos polĆticos que mĆ”s domina⦠¿Era Carmen DĆez de Rivera un simple pretexto para hablar de aquĆ©lla?
Es que, de hecho, lo que me pidieron en la editorial era una novela histórica sobre la Transición. Carmen DĆez de Rivera fue un instrumento que se nos ocurrió despuĆ©s para acometer ese encargo. La idea motriz fue la Transición, no la de Carmen. Y no es que yo sea experto, es que la vivĆ; ya era cronista parlamentario en el 76 y tenĆa una biografĆa muy cercana a los protagonistas de aquello.
ĀæCuĆ”l fue la relevancia polĆtica de DĆez de Rivera?
No tuvo una gran relevancia polĆtica⦠Bueno, tuvo cierta importancia por ser la primera mujer en acceder a un alto cargo en la administración polĆtica espaƱola, y tenĆa una muy buena relación con el rey, con Adolfo SuĆ”rez y con la oposición ilegal de EspaƱa en aquel momento⦠Luego se hizo amiga de algunos lĆderes comunistas, empezando por Santiago Carrillo. Era una persona muy comprometida con el cambio democrĆ”tico, pero por ella no pasaron ninguna de las grandes decisiones de la historia.
Las ideas de Carmen mÔs cercanas a las del Partido Socialista que a las de UCD, un partido en el que nunca militó
SĆ fue especialmente insistente en el aspecto de la legalización del Partido Comunista. ĀæSin ella se habrĆa producido esa legalización?
Yo creo que sĆ. Ella argumentaba un dĆa sĆ y otro tambiĆ©n la necesidad de legalizar el Partido Comunista, la necesidad de que el cambio polĆtico se hiciera con la concurrencia de todos los partidos polĆticos para que fuera legitimado por el entorno europeo y por todos los paĆses occidentales. Consideraba que, sin legalizar al Partido Comunista, no se darĆa un verdadero pluralismo polĆtico. Insistió mucho en ese sentido; fue muy tenaz. Sin embargo, aunque no hubiese insistido tanto, esa legalización se habrĆa producido.
A pesar de su origen aristocrƔtico, Carmen agradaba poco a la derecha.
Es que ella no era de derechas. Con independencia de su origen, todas las personas tienen toda la libertad para elegir las ideas polĆticas con las que se sienten mĆ”s a gusto. PodĆa ser estructuralmente de derechas, socialmente de derechas, educativamente de derechas, pero las ideas que ella defendĆa eran unas ideas progresistas; unas ideas mĆ”s cercanas a las del Partido SocialistaĀ que a las de UCD, un partido en el que nunca militó.
Aunque renegase de su origen nobiliario, en su novela cuenta alguna anƩcdota que saca a relucir ciertos tics autoritarios.
Claro, pero eso forma parte del bagaje cultural, educativo, que tenemos todos. Nuestra infancia y nuestra juventud marcan una manera de enfrentarnos a la vida. Y DĆez de Rivera habĆa sido criada en un ambiente muy elitista, con grandes estancias en los internados mĆ”s caros de Europa, con vajilla de plata al desayunar⦠Todo eso, quieras o no, va configurando una manera de estar en la vida y, en este caso particular, hace de Carmen una persona muy contradictoria.
Cuando fue nombrada jefa de Gabinete de SuĆ”rez, se difundieron rumores de que DĆez de Rivera era una mujer libertina, desinhibida, que habĆa llegado a ocupar el puesto que ocupaba por acostarse con su jefe. ĀæSe llegó a encamar con Ć©l?
No lo sĆ©. Yo creo que no. Ella siempre dijo que nunca tuvo ninguna relación amorosa con un hombre casado, lo cual me resulta bastante congruente. Sólo hay que analizar un poco su historia familiar ā y el impacto que tuvo para ella la relación extramatrimonial de Serrano Súñer con su madre ā para darse cuenta de que ella no seguirĆa ese camino. Y, en cualquier caso, lo que ella le dijo a Ana Romero es que jamĆ”s habĆa tenido relaciones con una persona casada.
Hablando de Adolfo SuĆ”rez⦠En el libro retrata un SuĆ”rez que nada tiene que ver con la versión idealizada que se nos suele ofrecer. Es un polĆtico autoritario, que no gusta de que le lleven la contraria y que pone especial empeƱo en no perder nunca el protagonismo.
Porque, en realidad, es el SuĆ”rez que veĆa Carmen. Yo no he tratado de hacer ahĆ un reportaje periodĆstico (lo hizo en āLos que le llamĆ”bamos Adolfoā). Es el SuĆ”rez que veĆa la protagonista de la novela.
El desafĆo separatista
Cambiando de tercio⦠¿HabrÔ referéndum el 1 de octubre en Cataluña?
Yo espero que no, pero no conozco a nadie que tenga la certeza de que no va a haber referĆ©ndum el 1 de octubre y carezco de una bola de cristalā¦
ĀæCree que la acción del Gobierno de EspaƱa ha sido proporcional? ĀæO quizĆ” demasiado tibia teniendo en cuenta la magnitud del desafĆo separatista?
La palabra proporcional se estÔ utilizando mal desde el punto de vista terminológico. La respuesta a una agresión tan contundente como la de los independentistas no puede ser tan escuÔlida. La réplica a una acción ilegal debe implicar la fuerza, la fuerza legal, entiéndaseme bien. Y, hasta esta semana, cuando se han producido los primeros signos de una reacción mÔs asertiva, eso brillaba por su ausencia.
La réplica a una acción ilegal debe implicar la fuerza, la fuerza legal
Trascendamos el 1 de octubre⦠¿CuÔl es la forma de impedir que un episodio de magnitudes semejantes al plebiscito se repita en el futuro? ¿CuÔl es la receta para resolver el problema catalÔn?
Lo primero, y lo mĆ”s difĆcil de asumir para la clase polĆtica, es que Ć©sta es una batalla a largo plazo y que, por lo tanto, exige una renuncia al cortoplacismo, que es lo que hoy mueve a los partidos polĆticos. Los independistas nos han colocado en esta situación porque llevan cuarenta aƱos preparando este asalto. Ellos lo plantearon como una batalla a largo plazo y han ido ganado posiciones. Han ido ganando sus transferencias educativas, han sido capaces de hacer una inversión ideológica en muchas generaciones⦠Y eso al final se ha traducido en la composición sociológica catalana que todos conocemos. Si los partidos no se dan cuenta de que, para ganar esta batalla, deben hacer lo mismo que ellos, no habrĆ” salida.
La tragedia venezolana
Otro de los asuntos que ha seguido con mÔs interés es el venezolano⦠¿Qué solución le ve?
En Venezuela se da una situación que reĆŗne todos los ingredientes para mantener la esperanza, porque hay una mayorĆa social, claramente delimitada, que estĆ” contra la dictadura de Maduro y que se juega el pellejo saliendo a la calle. Al final, la fuerza de la mayorĆa se acabarĆ” imponiendo. De una manera muy dura, y con muchĆsimo sufrimiento, pero se acabarĆ” imponiendo. Maduro no tiene opción de fortalecerse, pues carece del apoyo de la mayorĆa de su paĆs.
ĀæLa respuesta de la comunidad internacional ante los desmanes de Maduro ha sido adecuada?
HabrĆa que hablar caso por caso. Incluso, si analizamos lo que estĆ” haciendo EspaƱa, debemos concluir que la acción de Zapatero no es ni parecida a la de Felipe GonzĆ”lez. No creo que haya una respuesta internacional unĆvoca; cada uno se enfrenta a la situación en función de sus intereses particulares. Y Ć©se es uno de sus problemas, claro.
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