La Justicia continúa aportando pruebas y consolidando el supuesto delito de malversación que habrían cometido los líderes secesionistas catalanes y que el Ministerio de Hacienda sigue negando.
La oficina paradiplomática de la Generalitat se fundió más de 40.000 euros en billetes y hoteles para los ‘observadores internacionales’ del 1 de octubre. Según informa la Ser, los gastos se cargaron a tarjetas de crédito vinculadas al exsecretario general de Diplocat, Albert Royo.
Según consta en un nuevo informe que la Guardia Civil ha remitido al juez instructor Pablo Llarena, la cifra presuntamente malversada podría aumentar ya que hay algunas facturas que todavía no han sido halladas. Entre los ‘observadores’ a los que la Generalitat pagó el viaje y el hotel en Barcelona hay miembros de Bildu o de los republicanos irlandeses del Sinn Fein.
El Instituto Armado, además, ha puesto de manifiesto la falta de colaboración del Diplocat y el camuflaje bajo el que se escondieron dichas facturas: “se definió como una estrategia de acción exterior multidimensional en el entorno de la UE”.
El delegado del Gobierno, Enric Millo, ya admitió este fin de semana de que el separatismo podría haber financiado el referéndum ilegal mediante ‘’gastos camuflados’’. Según el último auto del juez Llarena, la malversación presuntamente cometido por los líderes del procés podría ascender a los dos millones de euros.
Dastis se felicita de haber cerrado Diplocat
El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, ha asegurado que la disolución del Consejo de Diplomacia Pública de Cataluña (Diplocat) ha sido una medida «responsable y proporcionada» para evitar que este organismo siguiera actuando «para favorecer el proceso independentista».
En respuesta a una pregunta del senador de ERC Jordi Martí Deulofeu, sobre los beneficios obtenidos por parte de España con la liquidación del Consejo de Diplomacia Pública de Cataluña (Diplocat), Dastis ha afirmado: «Esa disolución, claramente, ha merecido la pena».
Según ha explicado el coste de haber disuelto el Diplocat ha sido «mucho menor» que el que ha provocado este organismo, encargado de las relaciones en el extranjero de la Generalitat, para «lanzarse a una quimera irrealizable» de establecer una república «contraria al orden interno e internacional». Por eso, este intento ha quedado «sin apoyo en el mundo», ha apostillado.
El ministro ha explicado que el presupuesto del Diplocat en 2017 ascendió a 2,3 millones, de los que 805.000 euros fueron destinados a gastos de personal y el resto, algo más de 1,5 millones, a actividades «encaminadas en la práctica a la ruptura del orden constitucional y la división entre catalanes».
Así, ha negado que este organismo se dedicase a explicar Cataluña en el mundo e influir positivamente en su imagen en el exterior, sino que «ha tenido el efecto contrario».
«Estamos hablamos, por lo tanto, de un gasto por lo menos inútil y, por lo más, de una desviación del dinero público para fines que no benefician a los catalanes, sino al establecimiento de una supuesta república catalana», ha concluido Dastis.
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