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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Niña Pastori: 'La bandera de España es facha, pero la americana es guay'

La cantante carga contra las chirigotas: «Al carnaval de Cádiz no le hace falta llamar fea a Andreíta para ser gracioso».


Niña Pastori ha roto una lanza a favor del patriotismo y ha cargado contra aquellos que tachan cualquier gesto como «facha». La cantante, que presenta nuevo disco, ha desmontado una serie de prejuicios acerca de su carrera y se ha confesado como «muy creyente».
«Te pones una pulserita con la bandera de España y ya eres un facha. Pero si me pongo una bandera americana, soy muy guay. ¿Por qué? Pues yo me pongo la bandera de mi país. Para mí son cosas ridículas que no tienen ningún sentido. Cualquier país está orgulloso de su bandera, de lo suyo… ¿que por qué aquí nos pasa esto? Bueno, porque hay muchos…», ha sentenciado.
Pastori ha denunciado los ataques a Andreíta en los carnavales de Cádiz: «Es que yo creo que el humor no tiene por qué ofender. Al carnaval de Cádiz no le hace falta llamar fea a Andreíta para ser gracioso. No hace falta meterse con nadie y menos con una niña jovencita, una chavalita que su madre está ahí, pero ella no aparece, o ha decidido no aparecer, que me parece perfecto».
Al undécimo disco de estudio de su carrera llega tras el experimental «Raíz» (2014), en el que unió su voz a las de Lila Downs y Soledad Pastorutti para ahondar en diversos folclores, y el álbum de versiones «Ámame como soy» (2014), en el que probó a hacer suyos clásicos del cancionero latino, una jugada arriesgada que le salió con premio.
«Cuando un disco no funciona como crees y de repente, pum, llegan los Grammy Latinos y te conviertes en la única artista española nominada ese año, a mí eso me llenó de orgullo, eso y ser la única mujer española con cuatro galardones», ha añadido la gaditana, reforzada en ese camino propio que hace años se empeñó en construir.
Hay que remontarse a 2011 para encontrar un disco de flamenco más ortodoxo en su discografía, «La orilla de mi pelo». Frente a aquel, en «Bajo tus alas» presenta un trabajo «con muchos colores», como la balada «Azotea», uno de sus «asientos» favoritos en este álbum.
Un hilo narrativo se repite a lo largo de sus letras: la reivindicación de ser quien quiere ser como artista, de verdad. Así, además del corte «Mi libertad», en el que demanda su ídem «para transmitir», en otro momento proclama: «Resulta más barato falsificarse, pero cuánto vale cantar diferente».
«Yo me siento privilegiada porque puedo hacer siempre lo que me apetece, pero hay mucha gente que opina sobre la música y eso puede terminar afectándoles a algunos. Le puede pasar a determinados artistas que pierdan su interior, que es lo que al final traspasa, ser pura y de verdad», ha opinado esta artista nacida como María Rosa García (1978, San Fernando).

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