Pepa Millán, la portavoz de VOX en el Congreso de los Diputados, se ha convertido este jueves en una de las protagonistas del Pleno en el que se ha aprobado el uso de lenguas regionales en la Cámara Baja. La diputada de VOX ha sido una de las primeras en subir a la tribuna para defender las posiciones de su grupo, que de nuevo ha abandonado la sesión cada vez que un diputado independentista hablaba en alguna lengua regional, saltándose la legalidad, puesto que aún no se había aprobado ninguna modificación del reglamento.
Millán, con algo más de un mes de antigüedad en su cargo, no ha defraudado y ha mostrado su lado más irónico para interpelar al Gobierno por contentar a sus socios marginando el Español en el Parlamento y dando pábulo a las acusaciones de varios parlamentarios separatistas en los últimos días en los que habían denunciado de manera dramática haber sufrido «represión de sus lenguas». Se ha dirigido al Ejecutivo para afirmar que «van de la mano de un diputado nacido en los 90, como yo, que se quejaba amargamente de no poder hablar en aragonés«. «¿Usted se cree que estamos aquí para darle apoyo porque un profesor le tenía manía en el colegio? No se preocupe, luego le damos un abrazo si quiere».
Millán se refería al diputado Jorge Pueyo, de Chunta, que hace escasos días reivindicó en sala de prensa el uso del aragonés, afirmando que fue reprimido en su colegio, donde no le dejaban usar la que afirma, es su lengua materna. Pueyo, que ha podido responder por alusiones aunque su intervención no estaba prevista en el orden del día, ha pedido «respeto» a la portavoz del partido de Santiago Abascal y ha insistido de nuevo en que «nos han estado censurando y reprimiendo toda la vida; yo no he podido estudiar en mi lengua y los aragoneses no tienen derechos lingüísticos plenos». Fuera del Hemiciclo y en declaraciones a los periodistas, el diputado aragonés ha llegado incluso a afirmar que la afirmación de Pepa Millán había sido una «situación de acoso» hacia él.
La portavoz de VOX, por su parte, se tomaba la situación a broma de nuevo y al ser preguntada fuera del Congreso sobre si finalmente había podido consolar a Jorge Pueyo con un abrazo, respondía que «no era el día y además se lo ha tomado muy mal porque algunos diputados no están acostumbrados a que les digan la verdad».