Las negociaciones con los separatistas para lograr a toda costa la investidura de Pedro Sánchez siguen avanzando: según publica este viernes Vozpópuli, el Gobierno de Sánchez ha permitido al Gobierno de la Generalidad ir recuperando su agenda internacional a lo largo de los últimos años. Las mal llamadas embajadas de Cataluña siguen aumentando y además se entrometen en las labores de las verdaderas embajadas de España, que lo denuncian ante el Ministerio de Exteriores sin obtener ninguna respuesta.
La creación de las falsas embajadas catalanas y de una especie de cuerpo diplomático que en muchos casos ni siquiera es profesional, es una vieja estrategia del independentismo. No centran su labor en la promoción de la comunidad autónoma de Cataluña, sino que más bien tratan de enturbiar el nombre de España en el exterior, denunciando agresiones inexistentes por parte del Estado a Cataluña, sin que en los últimos meses nadie del Gobierno de España intervenga y a pesar de que se han detectado actuaciones especialmente graves para el nombre de España.
Además, esta inoperancia del Ejecutivo de Sánchez incumple la estrategia pactada entre el PP y el PSOE tras el golpe en Cataluña el 1-O, cuando se acordó limitar en la medida de lo posible la acción de estas delegaciones regionales en el exterior. Se da también la circunstancia de que hace unos meses, la Fiscalía rebajó en 336.143,34 euros la demanda contra 34 excargos de la Generalitat de Cataluña —incluidos el fugado Carles Puigdemont y el exvicepresidente Oriol Junqueras— en la que reclamaba 3,4 millones de euros en de forma conjunta y solidaria concepto de responsabilidad contable por el presunto desvío de fondos para los gastos del 1-O y la acción exterior del ‘procés’.