«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La precariedad financiera de la agencia agrava aún más el malestar interno

Ocho trabajadores de la Agencia EFE acudieron al último Congreso del PSOE en Sevilla: «Hemos perdido la credibilidad»

El presidente de la Agencia EFE, Miguel Ángel Oliver. Europa Press

La situación en la Agencia EFE es cada vez más insostenible. Fuentes sindicales denuncian un ambiente irrespirable, marcado por lo que consideran una gestión económica y periodística deficiente bajo la presidencia de Miguel Ángel Oliver. Desde su llegada hace un año, la agencia pública ha sido acusada de una creciente politización, favoreciendo al Gobierno y al PSOE en su cobertura informativa.

El problema no es sólo la línea editorial. La precariedad financiera de la agencia agrava aún más el malestar interno. Con pérdidas de 14 millones de euros en 2022, 18 millones en 2023 y previsiones de más de 10 millones de euros para 2024, el panorama económico es sombrío. Pese a ello, la dirección de la empresa mantiene sus bonificaciones variables, que este año ascienden a 503.000 euros, un aumento respecto a los 492.000 euros del año anterior. Este esquema beneficia a 49 directivos, cuyos objetivos no están necesariamente ligados a la rentabilidad, sino a metas internas fijadas por el propio equipo.

Los sindicatos critican duramente esta política de incentivos, calificándola de poco ética en una empresa que acumula más de 100 millones de euros en pérdidas durante la última década. En 2022, la Agencia cerró con un patrimonio negativo de 24 millones de euros, obligando a la SEPI a inyectar 15,5 millones para evitar el colapso.

El desplome de la credibilidad de la agencia es otra de las grandes preocupaciones. Un periodista con dos décadas de experiencia denuncia que las presiones editoriales han llevado a que “el nivel informativo caiga en picado” mientras se convierte en “un altavoz del Gobierno”. Según otro trabajador, se evitan temas críticos como el caso Aldama para no comprometer la imagen del presidente Pedro Sánchez.

Un ejemplo que ilustra esta politización fue el despliegue inusual de ocho periodistas en el último Congreso del PSOE en Sevilla, bajo órdenes directas de Miguel Ángel Oliver. La delegación incluyó cinco redactores de Madrid liderados por el director de Información, dos periodistas locales y un miembro del equipo audiovisual, un operativo excepcional destinado a dar máxima relevancia al evento que consolidó a Sánchez como líder absoluto del partido.

Los trabajadores insisten en que esta deriva no solo compromete la imparcialidad de la Agencia EFE, sino que también mina la confianza de sus profesionales. «Hemos perdido toda nuestra credibilidad», lamenta un redactor veterano, mientras otro subraya que “la politización crece al mismo tiempo que nos convertimos en una máquina propagandística”.

Con la plantilla al límite y la estructura económica tambaleándose, el futuro de la agencia parece depender de una revisión urgente de su modelo de gestión y de las decisiones editoriales que han llevado a esta situación crítica.

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