El Ayuntamiento de Valencia anunció en 2021, bajo el Gobierno de Joan Ribó (Compromís), que la ciudad se convertiría en 2026 en la sede de las «Olimpiadas Gays» (los Gay Games, por su nombre en inglés), un evento deportivo cuyo objetivo es «ofrecer un entorno seguro para la práctica deportiva del colectivo LGBTQ+«.
Dos años después y pese al cambio de gobierno que se produjo en 2023 con el fin del Gobierno del Botánic, con Ribó al frente del consistorio durante ocho años, las Olimpiadas Gays han tomado fuerza con el nuevo gobierno que dirige desde el pasado 20 de octubre la popular María José Catalá.
Así, la Comisión de Hacienda del Ayuntamiento de Valencia aprobó este miércoles con los votos a favor del PP, PSOE y Compromís y el rechazo del grupo municipal de VOX —cuyo apoyo fue imprescindible para formar gobierno tras las últimas elecciones municipales— pedir al Gobierno central que declare como «acontecimiento de interés público excepcional» el evento deportivo.
La Comisión también ha aprobado instar al Gobierno central que contemple partidas presupuestarias en 2024, 2025 y 2026 para promocionar y desarrollar la competición. Igualmente, ha acordado pedir el apoyo de las Cortes Valencianas y de la Diputación de Valencia para que el acontecimiento tenga trascendencia nacional e internacional.
La postura tomada este miércoles por VOX es la misma que el partido ya mostró en campaña. «No hay que hacer discriminación positiva, todos deberíamos gozar de los mismos derechos», aseguró entonces en una entrevista el ahora portavoz de este partido en Valencia, Juan Manuel Badenas.
«Los Gay Games son una una invención del marxismo cultural, de la izquierda política y los defensores de la política identitaria que pretenden imponer ideas absolutistas sobre nuestra sociedad», ha explicado Badenas a este medio después de que su formación rechazase la citada iniciativa.
Para VOX, en España hay igualdad jurídica de todos los individuos con independencia de su orientación sexual, por lo que se preguntan «¿a qué viene repetir viejas injusticias del pasado que sólo provocan injusticias del presente?».
Uno de los argumentos que dan desde el Ayuntamiento para la celebración de este evento deportivo es que están abiertos a la participación de cualquier persona «independientemente de su sexo, la raza, el origen étnico, la discapacidad, la orientación sexual o la religión», algo que para Badenas tampoco tiene sentido. «Si se trata de unos juegos, de la práctica de deporte para cualquier ciudadano con independencia de su tendencia sexual, su nombre no sólo no es afortunado, sino que resulta hasta discriminatorio«, ha cuestionado.
En principio, entre la Generalitat, la Diputación y el Ayuntamiento hay prevista una línea nominativa de 950.000 euros que debería mantenerse en los próximos tres años para la celebración de los Gay Games en primavera de 2026.
