«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Coinciden en que «volver a actuar de forma coordinada» es crucial

Puigdemont y Junqueras aparcan sus diferencias en Waterloo y acuerdan «hacer la vida imposible a Sánchez»

El presidente de Junts, Carles Puigdemont, y el presidente de ERC, Oriol Junqueras. Europa Press

La reunión mantenida este jueves en Waterloo (Bélgica) por Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, antiguos presidente y vicepresidente del Gobierno catalán, marca un punto de inflexión en las tensas relaciones entre Junts y ERC. Los líderes independentistas han decidido dejar atrás las disputas de los últimos años para recuperar la fuerza perdida tras las derrotas electorales y reimpulsar el movimiento soberanista.

Ambos dirigentes, que no habían mantenido encuentros significativos desde hace años, estuvieron acompañados por sus números dos, Jordi Turull y Elisenda Alemany. Según fuentes próximas, el encuentro se enmarcó en la necesidad de reconstruir una estrategia conjunta que permita «debatir las cuestiones clave para el futuro nacional y el progreso social de Cataluña«.

En este contexto, Puigdemont y Junqueras coincidieron en que «volver a actuar de forma coordinada» es crucial para recuperar la iniciativa política que les permitió, entre 2015 y 2017, liderar el mayor desafío a la democracia española desde su reinstauración. Sin embargo, ambos reconocen que restablecer la confianza mutua no será sencillo ni inmediato, aunque han decidido empezar a trabajar en ello de forma inmediata.

Una de las decisiones más significativas adoptadas durante la reunión fue la de no apoyar los presupuestos de Pedro Sánchez ni los de Salvador Illa para 2025. Esto obligará a ambos presidentes socialistas a buscar alianzas alternativas si quieren evitar el bloqueo de sus cuentas públicas. Además, los líderes de Junts y ERC acordaron crear nuevos espacios de colaboración para garantizar que sus 14 diputados en el Congreso ejerzan una presión determinante en las votaciones más relevantes.

La reunión, calificada por algunos como histórica, busca emular el clima de unidad que permitió el referéndum ilegal de 2017. Según fuentes cercanas a Puigdemont, este acercamiento responde a la necesidad de «superar las diferencias» entre ambos partidos para avanzar en objetivos comunes. Por su parte, un dirigente de ERC ironizó sobre la desconfianza hacia el Gobierno central, señalando que «será más fácil confiar en Junts que en Pedro Sánchez, que nos miente constantemente».

Con el control total de sus respectivas formaciones tras haber triunfado en los congresos internos de finales de 2024, Puigdemont y Junqueras han decidido iniciar una nueva etapa de cooperación. El primer paso será reflejar esta alianza en las votaciones del Congreso una vez que comience el periodo de sesiones tras las vacaciones de Navidad.

Aunque el camino para reconstruir la relación entre ambos partidos no será rápido ni exento de dificultades, el compromiso declarado de «trabajar desde ya» podría marcar el inicio de un nuevo impulso para el movimiento independentista catalán.

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