Uno de los botines del sector público más deseado por los políticos de la partitocracia es la empresa pública REDEIA, antes Red Eléctrica Española. El organismo público SEPI, el mismo que por orden de Pedro Sánchez gastó 2.285 millones de euros para comprar un 10% del accionariado de Telefónica, tiene un 20% del capital. Y con ese 20%, la SEPI, o sea, el Gobierno de turno, pone a quien le da la gana como presidente. Zapatero y Sánchez se la han regalado a tres ex ministros suyos.
La actual presidenta, Beatriz Corredor, es una jurista sin formación ni experiencia ninguna en el sector eléctrico, por lo que carece de funciones ejecutivas. A pesar de que el consejo de administración reconoce la ineficacia de Corredor con ese puesto, esta en 2024 y 2023 cobró 546.000 euros en cada ejercicio; es decir, casi 1.500 euros diarios.
El mérito de Corredor para tener semejante momio sin saber de la actividad de la empresa que preside consiste en su militancia socialista desde 2003. Fue ministra de Vivienda en los gobiernos de Rodríguez Zapatero entre 2008 y 2010 y ha presidido la Fundación Pablo Iglesias. Su profesión anterior fue la de registradora de la propiedad.
La empresa Red Eléctrica Española la fundó en 1985 el Gobierno socialista de Felipe González para encargarle la gestión del sistema eléctrico; es decir, de distribuir la energía eléctrica generada por operadores privados (Iberduero, Hidrola, Unión Fenosa, Gas Natural) y, entonces, públicos (Endesa). Fue la primera empresa del mundo dedicada en exclusiva al transporte de electricidad y a la operación de sistemas eléctricos.
Al principio, todo el capital de la empresa era público hasta que en 1999 el Gobierno de José María Aznar (PP) realizó la primera privatización parcial, de un 40% del capital. Siguieron otras OPV que han dejado el accionariado en manos de la SEPI en un 20%. Como REE era una empresa profesional, que gozaba de un monopolio y abonaba un dividendo generoso y fiable, sus acciones eran muy solicitadas.
REE comenzó con una plantilla de 93 personas y 10.500 km de líneas de alta tensión aportados por las compañías eléctricas; ahora esos kilómetros superan en España los 45.600 y la plantilla total del grupo se acerca a las 2.500 personas.
La primera presidenta fue la economista Paulina Beato (1985-1988). Le sustituyó Jorge Fabra, directivo de la empresa, hasta 1997. El Gobierno de Aznar nombró en su lugar a Pedro Mielgo, otro veterano del sector eléctrico.
Con Zapatero, comenzó la politización de REE. Para quitarse de encima a Mielgo y a su director general, la SEPI extinguió sus contratos y les abonó 4,2 millones de euros. El obediente consejo de administración eligió para el cargo presidencial a Luis Atienza, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación entre 1994 y 1996, en el último Gobierno de González, y antes consejero de Economía del Gobierno vasco.
El socialista se mantuvo como presidente hasta 2012, en que el Gobierno de Mariano Rajoy (PP) le reemplazó con José Folgado, que había sido secretario de Estado de Aznar y en ese momento era alcalde de Tres Cantos y consejero de REE. Folgado al menos sabía dónde estaba la sede.
En julio de 2018, semanas después de la moción de censura que invistió a Sánchez, hubo un nuevo baile. Salió Folgado y entró el economista Jordi Sevilla, otro ex ministro de Zapatero, que lo fue de Administraciones Públicas entre 2004 y 2007. Sin duda el factor principal para su nombramiento por el consejo es que hubiera sido asesor económico de Sánchez como antes de Zapatero.
En 2020, Sevilla dimitió de su cargo y la comisión de nombramientos de REE propuso para sustituirle a Beatriz Corredor, que, ¡menuda sorpresa!, también compartió consejo de ministros con Zapatero. En sus cinco años de mandato no ejecutivo se ha volcado en la descarbonización, la promoción de las energías renovables y la paridad de sexos entre el personal. En Estados Unidos, ya la habrían despedido.
Aparte de la presidencia, los puestos en el consejo de administración de REE son también muy deseados por los caciques de la partitocracia. Buen sueldo y poco trabajo en una empresa que solía funcionar sin problemas gracias a los ingenieros.
Ángeles Amador, ex ministra de Sanidad de Felipe González y Miguel Boyer, ex ministro de Economía de González fueron consejeros ¡independientes! Arantza Mendizábal, diputada del PSOE, también disfrutó de la bicoca de un asiento en el consejo.
Cuando llegó a REE, Folgado despidió a la mayoría de los altos cargos colocados por Atienza y puso a su banda. Lo más llamativo fue la creación de la dirección de Asuntos Corporativos, que entregó a su amiga Ana Cuevas Tello, hija de quien fue presidente de la CEOE, el lobby de la alta empresa, José María Cuevas.
La empresa gemela de REE/Redeia en el área del gas natural es Enagás, encargada de la red de gasoductos. Con sólo un 5% de su accionariado, la SEPI también reparte enchufes. Han sido miembros de su consejo ex ministros del PP como Isabel Tocino y Ana del Palacio y del PSOE como José Blanco y José Montilla, aparte de figuras menores como Marcelino Oreja Arburúa (PP). La coalición Podemos, que en la oposición se desgañitaba contra las «puertas giratorias», colocó a Cristóbal Gallego.
Este reparto de todos los puestos del Estado entre la partitocracia tiene consecuencias para el bienestar y hasta la vida de los españoles.