Granada acogerá el próximo 1 de junio el estreno de un documental que pone voz —y rostro— a una de las grandes verdades incómodas del discurso climático oficial. Bajo el título Renovables forzosas, la cinta revela el precio real que están pagando los pueblos de Andalucía en nombre de la «urgencia climática»: expropiaciones, destrucción del paisaje agrícola y desarraigo rural, todo ello impulsado por una transición energética que beneficia a grandes corporaciones a costa de los agricultores.
La historia arranca en Lopera, un pequeño municipio de Jaén donde vecinos y trabajadores rurales han visto cómo sus olivares centenarios son arrancados para instalar macroplantas fotovoltaicas. El documental denuncia la imposición de megaproyectos sin planificación territorial, sin demanda energética real en la zona y en flagrante contradicción con la legislación europea, que prohíbe que la implantación de renovables cause perjuicios sociales o medioambientales.
Renovables forzosas muestra imágenes y recoge testimonios directos de afectados, juristas, biólogos, científicos e investigadores. La voz de quienes han sido expulsados de su tierra en nombre del ecologismo oficial se convierte en protagonista. No es una pieza de ficción: es una radiografía precisa del coste humano y ecológico de un modelo energético que desprecia a quienes más han cuidado el entorno.
La cinta, producida por Bordonada Films y con guion de Mar de Dios Rodríguez, ha contado con la colaboración de la Plataforma Campiña Norte de Jaén Stop Megaplantas, la Cooperativa La Loperana y la plataforma nacional Aliente.
Además de la denuncia, el documental propone alternativas: el aprovechamiento de infraestructuras existentes, modelos de autoconsumo más sostenibles y ejemplos como la olivoltaica, una técnica pionera en Europa que permite generar energía sin talar los olivares.
El estreno tendrá lugar en los cines Megarama (Centro Comercial Neptuno) de Granada, el domingo 1 de junio a las 17:30 horas, y contará con la presencia del equipo de producción y portavoces de la plataforma vecinal. El mensaje es claro: no se puede disfrazar de verde una política que arrasa pueblos enteros.
Como recuerdan desde la organización, la transición energética impuesta puede convertirse en el mayor desastre ecológico de la historia. Andalucía alza la voz. Y lo hace en la gran pantalla.