«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Sánchez da por rotas las negociaciones tras la pantomima de consulta de Podemos

A una semana del pleno para su investidura, Pedro Sánchez ha dado por rotas las negociaciones con Pablo Iglesias por entender que Unidas Podemos solo busca justificar el «no» con su consulta «trucada» a la militancia.

Sin embargo, el partido de Iglesias ha respondido al candidato socialista negando sus acusaciones y reclamando que vuelva a abrir el diálogo.

Diálogo que el PSOE sí retomará mañana con ERC, partido que ya ha mostrado su disposición a no bloquear de principio la investidura de Sánchez, con un encuentro entre la ‘numero dos’ de los socialistas, Adriana Lastra, y el portavoz republicano, Gabriel Rufián.

A la espera de esa reunión del martes, la semana de la recta final hacia el debate ha comenzado con intensidad este lunes, con Sánchez culpando a su socio preferente de romper de forma «unilateral» la negociación al convocar su consulta, una «mascarada» que para el líder socialista demuestra la escasa intención de Iglesias para el acuerdo.

Sánchez confirmaba además que en la última conversación que ambos mantuvieron le ofreció ministerios sectoriales para «personas cualificadas del ámbito Podemos», a lo que él le respondió públicamente considerando la oferta una «idiotez».

Pero sobre todo lamentaba la convocatoria de la consulta antes de que existiera un acuerdo previo, o la pregunta «absolutamente falsa» que contiene, porque según ha recalcado no recoge las últimas ofertas que el PSOE le ha hecho a Podemos.

De nuevo ha defendido Sánchez su potestad como presidente del Gobierno para nombrar a sus ministros, y ha advertido a Iglesias de que le puede proponer pero no imponer a las personas que deben estar en su gabinete.

El jefe del Ejecutivo en funciones ha insistido en dar por rota la negociación con Podemos, aunque también ha admitido la posibilidad de mantener más conversaciones con las fuerzas políticas en un nuevo llamamiento a todos para que garanticen la gobernabilidad.

Porque una vez más Sánchez se ha dirigido también al PP y a Ciudadanos para instarles a que permitan con su abstención la investidura, y eviten así que tenga que depender de las formaciones independentistas. Partidos estos últimos, con las que en ningún caso, ha reiterado, piensa negociar nada.

La primera reacción de Podemos a las palabras de Sánchez ha sido la sorpresa. Después, el secretario de Acción de Gobierno y Acción Institucional del partido, Pablo Echenique, ha pedido a Sánchez que recupere el «talante negociador» y ha expresado su confianza en que les llame esta misma semana.

«Nunca está rota la posibilidad de que España sea un país mejor», ha dicho Echenique, quien ha lamentado la dureza de las palabras del presidente del Gobierno en funciones.

Y pese a todo, Pablo Echenique se ha mostrado convencido de que «al final habrá acuerdo» entre su partido y el socialista, y ha añadido que sería «mejor» que se rubrique en julio, para que la investidura sea efectiva la semana que viene.

En esta línea, Izquierda Unida, socio de Podemos, ha asegurado que está centrado en conseguir que el PSOE negocie un programa con medidas de izquierdas, aunque ha advertido de que «si nada cambia» votará en contra en la investidura.

Los tiempos, en cualquier caso, se siguen acortando, sobre todo porque el jueves finaliza el periodo para la consulta y se conocerán los resultados.

Y mientras están aparentemente rotas, o en cualquier caso paradas, las conversaciones con Podemos, tampoco ha cambiado nada en la parte derecha del hemiciclo. Ni PP ni Ciudadanos tienen intención de responder a la petición de abstención de Sánchez.

El secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha reiterado que su partido «no le va a regalar» la investidura a Sánchez «en ningún caso», ni aunque el escenario posible sea la repetición electoral.

«Ni por activa ni por pasiva», ha insistido García Egea, quien además ha recriminado al presidente que en sus conversaciones con Pablo Casado no haya hecho «ninguna oferta» ni ningún intento de «contentar» a los populares.

Y desde Ciudadanos, su secretario general, José Manuel Villegas, ha animado a Sánchez a intentar negociar con sus «socios preferentes» y dejarse de «personalismos y reparto de sillas».

En el PSOE han sido muchos los dirigentes que han cerrado filas y apoyado las palabras de su secretario general.

La líder de los socialistas andaluces, Susana Díaz, ha criticado por ejemplo la «deslealtad absoluta» de Pablo Iglesias con la izquierda y con el conjunto del país, y como Sánchez ha lamentado que el líder de Podemos parezca empeñado en hacer lo mismo que en 2016, «impedir que haya un presidente socialista».

Por su parte, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha criticado que en su consulta a las bases Iglesias haya hecho invisibles, «de un plumazo», las propuestas de Sánchez para el acuerdo.

Por el contrario, otros han criticado la actitud «irresponsable» del presidente del Gobierno en funciones, como ha hecho la portavoz de ERC, Marta Vilalta, para quien Sánchez «no busca el diálogo» y «es incapaz de leer correctamente los resultados electorales», lo que hace que «se haya quedado solo y no le apoye ningún otro partido».

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