Sólo cinco días después de que Víctor de Aldama confesara a Koldo García que Javier Hidalgo había llamado a Begoña Gómez para lograr el rescate de Air Europa, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez intervino personalmente para controlar la operación. Así lo reflejan los whatsapps entre Sánchez y el entonces ministro de Transportes José Luis Ábalos, a los que ha tenido acceso en exclusiva El Mundo y que fueron intervenidos por la Guardia Civil en el domicilio de Koldo García.
El 8 de septiembre, el líder del PSOE reenvió un mensaje a su número dos pidiendo «dar una vuelta» a la fórmula mediante la que el Estado debía rescatar a la aerolínea. Rechazó que se la quedara la compañía británica IAG y exigió «meditar y ver cómo enfocar» todo el proceso.
En ese primer mensaje, Sánchez rebotó a Ábalos el texto que, según dijo, le había hecho llegar un amigo con una serie de consejos sobre cómo debía actuar el Gobierno ante la situación de Air Europa, que se encontraba en una situación financiera crítica por la pandemia.
«Considero que efectivamente hay que rescatar a Air Europa pero no dejarla en manos de Iberia (filial de IAG)», advertía ese contacto del presidente. «Sobre todo porque IAG es británica en realidad y más bien diría que tras el Brexit sería óptimo que fuera española dadas las circunstancias actuales para tener asegurada la infraestructura aérea en España, que es clave a nivel nacional».
Esa era también la posición del propietario de la compañía, Juan José Hidalgo, contrario a la entrada de IAG y favorable a que el Estado sostuviera financieramente su empresa manteniendo el control.
«Me parece que incluso se podría contemplar hacer crecer desde Air Europa una plataforma aérea del sur de Europa con Alitalia y TAP«, continuaba el mensaje reenviado por Sánchez. «Globalia, holding del que forma parte Air Europa, es un grupo muy interesante, pero no tiene ahora mismo un gran gestor, especialmente con el patriarca ya debilitado». Y remataba: «No tiene sentido rescatar Air Europa y dejarla en manos de los Hidalgo, pero tampoco regalársela a IAG (Iberia) y menos aún dejar que desaparezca«.
Sánchez le indicó entonces a Ábalos que quería implicarse directamente: «Creo que merece la pena que le demos una vuelta». El ministro respondió: «Las inquietudes son ciertas. Si quieres antes de la reunión con Iberia de mañana te cuento cómo lo estamos enfocando tanto el caso de Air Europa como IAG». Sánchez replicó: «Vale. A mí la operación de IAG, salvo que me convenzas de lo contrario, no me convence. En todo caso, es una operación que debemos meditar y ver cómo enfocarla«.
La operación en cuestión era la oferta de compra de Air Europa por parte de IAG, la antigua British Airways. En noviembre de 2019, la compañía había acordado con los Hidalgo la compra de Air Europa por 1.000 millones de euros en efectivo, a través de Iberia. Pero la pandemia desplomó su valoración e IAG redujo su oferta a 500 millones. Ese 8 de septiembre en que se cruzan los mensajes entre Sánchez y Ábalos, se acababa de celebrar la Junta de Accionistas de IAG, en la que se analizaba la modificación de las condiciones. Además, Luis Gallego, CEO de Iberia, iba a convertirse en pocos días en el máximo responsable del grupo.
El interés directo de Sánchez se tradujo, tal y como reveló el mismo diario, en la inusual presencia en las reuniones clave del rescate del director de la Oficina Económica de Moncloa, Manuel de la Rocha, cargo hasta entonces ajeno a las deliberaciones de la SEPI.
En esas reuniones, celebradas el 21 y el 27 de octubre de 2020, Víctor de Aldama, asesor de Air Europa, disponía de información privilegiada en tiempo real. De hecho, justo después de acordarse el rescate, contactó de inmediato con la familia Hidalgo para comunicarles que la operación ya era un hecho.
«Joder, no tengo palabras, me he ido a dar una vuelta solo porque tenía que descargar», escribió Aldama a Javier Hidalgo, responsable de la aerolínea. «Estoy llorando como un puto bebé de la emoción«, añadió. «Tu familia tiene que estar orgullosa de la persona y empresario que eres». «Qué alegría más grande, hostiasssss, siiiiiiii coño siiiiiiiii».
«Aldama felicitaba a Hidalgo porque habían salvado Air Europa«, resumió la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en el informe remitido al Tribunal Supremo hace seis meses, que incluía ese mensaje.
Poco antes de ese whatsapp, el Consejo Gestor de la SEPI había acordado, como consta en los documentos a los que accedió el periódico, «someter a la aprobación de los órganos sociales de las sociedades Air Europa Holding, S.L.U., y Globalia Corporación Empresarial, S.A.», entre otras, «las propuestas de acuerdo de apoyo financiero público temporal». Es decir, el diseño del rescate estaba completamente cerrado por el Gobierno tras meses de presiones de los Hidalgo y su asesor, y la intervención personal del presidente del Gobierno.
El Consejo de Ministros aprobó el 3 de noviembre el rescate de Air Europa por 475 millones de euros a devolver en dos tramos en seis años: un préstamo participativo de 240 millones y otro ordinario de 235. La operación se canalizó a través del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas que gestiona la SEPI.
La «influencia» —así lo califica ya la Policía Judicial de la Guardia Civil— ejercida por la familia Hidalgo y Aldama desembocó en un rescate exprés, tramitado a una velocidad cinco veces superior a la media del fondo. Del cruce de actas con los informes de la UCO se desprende además que contaron con información privilegiada en los momentos clave.
Tras el rescate, en enero de 2021, la familia Hidalgo e IAG acordaron nuevamente la venta de Air Europa por 500 millones. La SEPI aprobó la operación, pero la Comisión Europea la frustró un año después al imponer condiciones que IAG consideró inasumibles.