«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
poco después de la moción de censura contra rajoy

Sánchez premió a Cerdán con el control del Tribunal de Cuentas tras su papel en las primarias

Cerdán Supremo
Santos Cerdán y Pedro Sánchez. Europa Press

Pedro Sánchez no tardó en recompensar la lealtad de su mano derecha. Tras su regreso a la Secretaría General del PSOE, colocó a Santos Cerdán al frente de una de las comisiones más delicadas y estratégicas del Congreso: la Comisión Mixta de Relaciones con el Tribunal de Cuentas. Una comisión clave, no sólo por el poder de fiscalización que ostenta, sino porque desde ella se decide qué temas se investigan… y cuáles se silencian.

Cerdán accedió a la presidencia de esta comisión en 2020, poco después de la moción de censura a Mariano Rajoy y de la victoria electoral de Sánchez. Su llegada coincidió con el cierre en falso del escándalo del crowdfunding con el que el actual presidente del Gobierno financió su campaña de primarias en 2017. Aquel proceso recaudó más de 100.000 euros en donaciones particulares que nunca fueron identificadas en los informes oficiales del partido.

La campaña se gestionó a través de la asociación Bancal de Rosas, sobre la que el Tribunal de Cuentas llegó a advertir a la gestora del PSOE: todas las donaciones debían quedar registradas, indicando la identidad de los donantes. Sánchez bloqueó la iniciativa temporalmente, pero siguió recaudando fondos por otros canales. Ganó las primarias, derrotó a Susana Díaz y Patxi López, y volvió a la cúpula del partido. Fue entonces cuando comenzó la etapa de los nombramientos, detalla The Objective.

Y entre los primeros favorecidos, Santos Cerdán. El mismo que entregó los avales, el que negoció con la gestora socialista los términos de la financiación, y quien se encargó personalmente de la recaudación. Sánchez le otorgó una presidencia que le permitía controlar el acceso al Tribunal de Cuentas, fijar el orden del día, convocar a sus altos cargos y decidir qué se investigaba y qué no.

Durante su mandato al frente de la comisión, no se impulsó ninguna investigación sobre el origen y el destino de los fondos del Bancal de Rosas. Tampoco se insistió en las advertencias del expresidente del Tribunal de Cuentas, Ramón Álvarez de Miranda, quien había reclamado que toda financiación de candidatos en procesos internos debía quedar debidamente registrada. El nuevo equipo del organismo, dirigido por Enriqueta Chicano tras el pacto de Sánchez con Pablo Casado para renovar el Tribunal, evitó pedir explicaciones.

La presidencia de esta comisión sirvió además para frenar otros informes relevantes sobre la financiación de partidos. «Poner a Cerdán al frente de esa comisión fue darle poder«, explican fuentes conocedoras de su funcionamiento. Desde ahí, se apagaron focos y se borraron huellas incómodas.

Cerdán se mantuvo al frente de la comisión hasta 2023, cuando fue relevado por Juan Francisco Serrano, su hombre de confianza, actual diputado y considerado como su sucesor dentro de la estructura socialista. Pero ahora, con la investigación abierta por presunta corrupción en contratos públicos, Cerdán deberá comparecer ante el Tribunal Supremo. Y el capítulo del Bancal de Rosas, enterrado durante años, vuelve a la superficie.

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