El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha subrayado que su Gabinete «sí tiene la voluntad firme» de resolver la situación en Cataluña mediante el diálogo y desde el respeto a la Constitución y el Estatuto autonómico.
En su réplica a los portavoces de los grupos del Parlamento Europeo, Sánchez ha recordado a los eurodiputados que el 52 por ciento de los catalanes apoyó a fuerzas no secesionistas en las anteriores elecciones regionales frente a un 48 por ciento que sí las votó, y ha recalcado por eso que hay una mayoría social – aunque no sea parlamentaria – que no quiere la independencia.
Por eso insistió en que el separatismo debe abrir un «diálogo sincero» con esa mayoría social que no quiere la separación. «Cataluña debe hablar con Cataluña y España debe facilitar ese diálogo de las dos dimensiones», ha apuntado.
Asimismo ha señalado que la diferencia entre lo ocurrido en Cataluña con otras regiones europeas que han vivido tensiones territoriales es que las fuerzas separatistas catalanas no respetaron las sentencias de los tribunales españoles y quebraron las normas constitucionales.
«Por tanto el problema es que de alguna manera no se ha cumplido o acatado el mandato» constitucional y estatutario, ha dicho el presidente español.
En cualquier caso ha admitido también que la reforma estatutaria que se aprobó en 2010 no fue votada «en su totalidad por la sociedad» y el Gobierno es «consciente» de que hay que resolver esa cuestión.
Pedro Sánchez ha arremetido de forma implícita contra el Partido Popular al referirse a esas formaciones políticas que en España utilizan Cataluña como «agravio» para hacer oposición y luego cuando gobiernan reclaman lealtad en este asunto.
«Nosotros siempre hemos sido leales no con el gobierno de turno sino con el Estado», ha subrayado Sánchez, quien ha puesto en valor también que España es el segundo Estado más descentralizado del mundo según subrayan diversos informes. Una descentralización que es – ha apuntado – económica, social y cultural.
El problema es la convivencia
«En Cataluña el problema no es la independencia, es la convivencia», ha insistido Sánchez, quien ha reiterado que el secesionismo debe reconocer que no tiene mayoría social y debe hablar con esa otra parte que sí es mayoritaria en Cataluña.
Durante este debate, 16 eurodiputados han colocado carteles con los rostros de los políticos presos y los huidos, entre ellos los eurodiputados de ERC, PNV, BNG y PDeCAT, así como el separatista flamenco Marc Demesmaeker y el francés José Bové.
La líder de los Verdes europeos, Ska Keller, en la primera ronda de intervenciones de jefes de grupo, ha reclamado asimismo a Sánchez que encuentre «una solución política y democrática» para la crisis catalana y también «para las personas que están en prisión». ERC está inscrito en el grupo de Keller, quien ha pedido «diálogo sincero» y «buena voluntad» a ambas partes para desencallar el contencioso.
