«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Sánchez se abre a dialogar con los separatistas si abandonan vía unilateral

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, asegura que «existen ámbitos de diálogo a explorar si los líderes separatistas abandonan definitivamente la vía unilateral», pero añade que para ello «el separatismo catalán debe volver a la Constitución y respetar la ley».

Así se expresa el candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno en una tribuna que publican entre hoy y mañana una veintena de medios europeos, entre ellos el diario El País.

En ella, Sánchez critica la hoja de ruta trazada por el secesionismo en Cataluña, movimiento al que acusa de alimentarse de una «red mentiras» que «sirven a una causa no exenta de conexiones con grupos de ultraderecha y enemigos del ideal europeo».

Asimismo, defiende la actuación transparente del Tribunal Supremo en el juicio del ‘procés’ y reitera que el Gobierno acata la sentencia.

«No se puede cuestionar el funcionamiento de un Poder Judicial independiente en España, cuyo ordenamiento descansa en el principio de separación de poderes», asegura horas después de la polémica que provocaron sus declaraciones sobre la relación del Ejecutivo y la Fiscalía.

En la tribuna, titulada «Cataluña, España, Europa: mejor unidos», el presidente en funciones afirma que ”Europa es ante todo libertad, paz y progreso”. «La Europa que admiramos se ha forjado frente a los nacionalismos excluyentes”, añade antes de subrayar que ”hoy el desafío del separatismo en Cataluña es sobre todo un desafío a Europa y a los europeos”.

Para el jefe del Ejecutivo, la imagen de Cataluña, que tantas veces ha causado la admiración internacional, ahora se asocia también a un «contexto de crisis profunda, causada por la ruptura unilateral del orden constitucional que los políticos separatistas llevaron a cabo» en 2017.

«Ningún Estado contempla la vía unilateral de la secesión de uno de sus territorios en su ordenamiento constitucional», señala Sánchez antes de sostener que «ningún demócrata puede entender» el camino que emprendieron los dirigentes independentistas catalanes, quienes tuvieron un apoyo inferior al 48 por ciento de los votos en las elecciones autonómicas.

«Mi Gobierno se ha distinguido por llevar a la primera línea de sus prioridades la ampliación de las libertades y derechos», dice Sánchez, quien «no consentiría que se limitara ni un ápice la libertad de expresión».

Sánchez califica al presidente de la Generalitat, Quim Torra, como un «separatista radical», pero incide en que ello no le impide expresarse y defender sus postulados libremente, siempre que las opiniones «no promuevan acciones que constituyan delitos».

Además, censura los actos violentos que se han producido en Cataluña al igual que las declaraciones de algunos líderes de ese movimiento que han manifestado «la violencia puede ser necesaria para que su causa adquiera una mayor visibilidad», como hizo la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie.

«Mi Gobierno ha respondido a este desafío con proporcionalidad y control. Creo que la templanza es nuestra fortaleza», explica el presidente, quien también tacha de «absurda paradoja» y «tremendo error» que Torra quite importancia a la violencia y censure a su propia policía.

Por ello, le vuelve a pedir que «condene la violencia sin paliativos» y que hable con los otros catalanes y con los partidos no separatistas. «Que ejerza, en definitiva, como el presidente de todos los catalanes».

Y avisa: «No estoy dispuesto a que un rebrote de nacionalismo extremo en Cataluña cuestione, desde una falsa narrativa repleta de mentiras, los logros de la democracia española».

Tras insistir en que el principal reto es que «se comprenda que la vía unilateral hacia la independencia es imposible», Sánchez defiende que «es preciso actuar desde la templanza», «con firmeza para defender la convivencia» y «con inteligencia para entender que estamos ante la oportunidad de abrir una nueva etapa».

«Nunca me he negado al diálogo si se articula en el marco de la Constitución y la ley. No quiero ser el presidente de unos contra otros, sino el presidente de todos los españoles».

Así, asegura que «existen ámbitos de diálogo a explorar si los líderes separatistas abandonan definitivamente la vía unilateral» en los que se pueda hablar y escuchar «sin amenazas y sin descalificaciones».

«Sé que hay heridas abiertas, que hay dolor, que hay frustración. A pesar de ello, hay una oportunidad para la esperanza y para el diálogo, reconociendo lo que hemos hecho juntos y pensando en todo lo que juntos podemos hacer para mejorar el bienestar de todos los ciudadanos. Pero, para eso, el separatismo catalán debe volver a la Constitución y respetar la ley», concluye.

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