El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha culpado este martes al cambio climático de las más de 200 muertes que la gota fría ha provocado en España, sobre todo en Valencia. Desde Bakú, Azerbaiyán, donde ha viajado para participar en la COP29, la cumbre climática mundial, ha asegurado que los muertos «son la razón» que le han llevado a asistir al evento.
«En España, en Valencia, hemos sido testigos de uno de los mayores desastres climáticos en nuestra historia. Más de 220 personas han perdido su vida en mi país, y ellas son la razón por la que estoy aquí, para decir alto y claro que el cambio climático mata, y también para buscar soluciones para evitarlo», ha asegurado el presidente en su primera intervención.
Sánchez ha utilizado así a las víctimas para defender su discurso político, pese a que precisamente es la excusa del cambio climático lo que ha impedido que se aplicasen políticas en la Comunidad Valenciana que hubiesen disminuido la tragedia, como el proyecto para arreglar el barranco del Poyo.
La mejora de este barranco estaba contemplada en el Plan Hidrológico Nacional del año 2001 que el PSOE frenó. Además, se han presentado siete proyectos para remodelarlo y reducir el riesgo de inundación pero ninguno ha llegado a realizarse.
La última vez fue en 2021. El ministerio que dirige Teresa Ribera frenó la reforma por no considerarla rentable.