El acto de Sociedad Civil Catalana (SCC), que tenía por objetivo combatir el relato separatista, ha servido, en realidad, para anunciar una estructura paneuropea contra los «populismos». De nuevo, el empeño del establishment en reñir a los británicos por votar mal.
El presidente de Sociedad Civil Catalana (SCC), José Rosiñol, ha equiparado este martes el golpe de Estado separatista en Cataluña con la presencia de Le Pen en Francia, UKIP en Reino Unido o Liga Norte en Italia, todos partidos legales, y ha avanzado la presentación en las próximas semanas de un proyecto europeo con el objetivo de «combatir estos populismos» llamado Sociedad Civil Europea.
En un encuentro informativo en el Centro Internacional de Prensa denominado «Ante la ruptura y la unilateralidad, seny y convivencia», ha asegurado que interpretan el «problema catalán» como «un mero síntoma de una enfermedad europea, una enfermedad que en cada país tiene su forma concreta».
Todos estos movimientos poseen, ha dicho, como denominador común «acabar con el proyecto de la Unión Europea, implosionar la UE» y «sin Europa no hay futuro». «Por eso vamos a dar una respuesta europea a un problema europeo con la única premisa de defender los valores fundacionales de la UE, incluso en Reino Unido, donde más allá del Brexit seguro que una gran parte de la población desea revertir esa situación», ha dicho.
Esta «estructura paneuropea», creada para «visualizar por primera vez en la historia la identidad europea«, baraja tener la sede en Bruselas aunque no está confirmado, y tendrá tres presidentes distintos.
En el acto se ha recordado que SCC nació en 2014 vista «la imposición del pensamiento único y una espiral del silencio para los catalanes que no son independentistas», y con la única meta de «dar voz a la mayoría silenciada, que se ha demostrado que era silenciosa». Se ha remarcado además que SCC tiene el objetivo de «desaparecer» y «no ser necesaria en Cataluña», y que es absolutamente «transversal y apartidista». «Solo son bienvenidos constitucionalistas y demócratas», ha añadido Rosiñol.
Sobre las amenazas y la violencia verbal contra partidarios de la unidad de España en una playa de la localidad gerundense de Llafranc a cuenta de la colocación de cruces en solidaridad con los golpistas presos -unas acciones que promueven los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR)- ha dicho Rosiñol que «les aterroriza los atisbos de enfrentamiento civil en Cataluña», y por eso ha llamado a la «calma» y a «rebajar la tensión».
El relato internacional y TV3
Asimismo, el presidente de SCC ha denunciado la falta de voluntad para contrarrestar el relato separatista en el exterior por parte de «todos los operadores y agentes políticos de este país» y ha pedido «redoblar el esfuerzo para evitar que el relato nacionalista sea el único de lo que ocurrió en Cataluña por parte del Gobierno, los partidos políticos y las asociaciones».
Respecto al futuro de TV3 y de los medios públicos catalanes si se reactiva la aplicación del artículo 155, se ha mostrado favorable a una intervención, pero ha reconocido desconocer la manera de llevarlo a cabo. «Soy un hombre de empresa, pero hay que ser pragmático. Puedes cambiar al director, pero… ¿hay masa entre los 2.567 trabajadores para el cambio de línea editorial? ¿Crees que su acepción no se parece a la del director?», se ha preguntado. En esta línea, ha dicho que el mantenimiento o no del 155 depende únicamente de Quim Torra y de que cumpla la ley.