Tras dos intentos fallidos, Sumar ha conseguido avanzar hacia la primera mesa de coordinación posterior a la salida de Yolanda Díaz. Sin embargo, tal y como ha adelantado THE OBEJCTIVE, sólo han asistido cargos intermedios de los partidos participantes. En concreto, Sumar, Izquierda Unida, Más Madrid y los Comunes. Por ahora, las principales formaciones del grupo han accedido únicamente a que se reúnan sus secretarios de Organización. Compromís, por otro lado, decidió no participar en esta mesa. Estos dirigentes discutieron temas como la gestión del grupo parlamentario y el debate presupuestario que Sumar espera abrir cuanto antes, centrándose en la ampliación de los permisos de paternidad y maternidad de 16 a 20 semanas.
La reunión de los secretarios de organización de los partidos de la coalición de Sumar se celebró el pasado martes, después de que fracasaran dos intentos anteriores de convocar a los líderes de cada formación del grupo, teóricamente liderado por Díaz. Los organizadores esperaban contar con figuras como Mónica García y Ada Colau, pero ambas rechazaron asistir al enterarse de que Díaz no estaría presente en la mesa. Hasta ahora, solo se ha celebrado un encuentro «técnico-político», según fuentes de la coalición.
La desconfianza dentro de la coalición va en aumento, y aunque públicamente intentan minimizar los problemas, la idea de que el proyecto de Díaz está superado se va consolidando. La intención inicial de Díaz era aplicar un sistema de coordinación interna que permitiera a todos los partidos expresar sus preferencias en una mesa colegiada, controlada por ella gracias a su «poder real» como vicepresidenta segunda del Gobierno. Sin embargo, los socios de Díaz han entendido sus intenciones y han lanzado un aviso.
Los socios de Sumar quieren que el encuentro entre partidos a los más altos niveles, si se celebra, tenga lugar después del verano y que Díaz participe. Nadie está dispuesto a aparecer públicamente en un encuentro en el que la vicepresidenta segunda no esté presente. Mientras tanto, se observan los primeros movimientos centrífugos por parte de los aliados de Sumar, especialmente el alejamiento de los valencianistas de Compromís, lo que podría derivar en la ruptura del grupo parlamentario.
La formación valenciana, que amenazó hace meses con salir de la coalición cuando se redactó la lista electoral de las europeas, se ha vuelto a distanciar del proyecto de Díaz. «Están dando palos de ciego, a la desesperada, porque hay una bronca con Compromís«, revelan fuentes de Sumar a THE OBJECTIVE. Por ahora, los valencianos siguen en la ecuación, pero cada vez más están con un pie fuera de ella y con un planteamiento autonomista que preocupa.
Estas fracturas y debilidades obligan a Díaz a acelerar su proyección pública. Tras un ciclo electoral desastroso y la promesa de volver al terreno de la gestión, la ministra se ha centrado en la reducción de la jornada laboral. La todavía lideresa de Sumar está decidida a llevar la iniciativa al Congreso, cueste lo que cueste, enfrentándose tanto a la patronal, que no quiere negociar porque considera que Díaz no está dispuesta a escuchar críticas, como al ala económica del Ejecutivo, que se muestra escéptica ante la iniciativa.