«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Dimite el consejero de Empresa Santi Vila

El consejero de Empresa y Conocimiento, Santi Vila, ha presentado la noche de este jueves su dimisión al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, un día antes de que el Parlamento regional vote las propuestas de resolución en respuesta a la aplicación del artículo 155 de la Constitución, según fuentes del Ejecutivo.

Vila, que según fuentes demócratas ya había advertido en privado a compañeros de su partido que dimitiría si el Gobierno autonómico optaba por una declaración unilateral de ruptura, se ha reunido unos minutos con Puigdemont en su despacho en el Parlamento al término de la sesión plenaria para comunicarle su decisión.
 


El hasta ahora consejero de Empresa y Conocimiento se había significado dentro de la Generalitat por sus posiciones moderadas en relación con el proceso secesionista e incluso había expresado públicamente su incomodidad por tener que gobernar con el apoyo parlamentario de la CUP.
Vila pone fin así a su trayectoria en el Gobierno de Cataluña, después de que ejerciese como consejero de Territorio y Sostenibilidad con Artur Mas en la presidencia y asumiera con Puigdemont la cartera de Cultura, que en julio pasado cambió por la de Empresa y Conocimiento tras la destitución de Jordi Baiget.
En las últimas horas, Vila había sido una de las voces del Gobierno regional que más habían insistido en apostar por una convocatoria de elecciones anticipadas y evitar una declaración de ruptura.
Este jueves por la mañana, Puigdemont se había mostrado dispuesto a convocar elecciones, pero finalmente ha frenado su decisión al no haber obtenido «garantías» de que el Gobierno de Mariano Rajoy renunciaría entonces a aplicar el artículo 155 de la Constitución.

Santi Vila, la última víctima del PDeCAT que se cobra el ‘procés’

Santi Vila, el consejero de perfil más moderado del Gobierno catalán, ha sido la última víctima política del PDeCAT que se cobra ‘procés’.
Poco más de tres meses ha permanecido Santi Vila al frente del Departamento de Empresa y Conocimiento de la Generalitat, al que llegó a principios de julio en sustitución de Jordi Baiget, que fue destituido de forma fulminante después de que expresara en público sus dudas sobre la celebración del referéndum del 1 de octubre.
De hecho, el perfil mesurado de Vila hizo pensar que sería uno de los consejeros que saltarían en la última remodelación del Ejecutivo regional, junto a otros miembros del Gobierno que militan en el PDeCAT, como Neus Munté o Jordi Jané.
Sin embargo, el entonces consejero de Cultura se mantuvo en el Ejecutivo, asumiendo una nueva cartera, y reafirmó su compromiso con el «derecho a decidir», adaptándose una vez más a las nuevas circunstancias políticas.
Santi Vila (Granollers, 1973) se ha definido siempre como un político pragmático, liberal, catalanista y moderado, y ha intentado en todo momento marcar perfil propio, permitiéndose en ocasiones tomar distancia con algún aspecto de la estrategia separatista o reconociendo públicamente su incomodidad por tener a la CUP como socio parlamentario.
Estas diferencias quedaron patentes la pasada semana, cuando Vila se desmarcó del llamamiento de las entidades separatistas a retirar dinero en efectivo de los principales bancos nacionales, una acción que no criticó nadie más del Gobierno de Puigdemont.
En un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, Vila aseguró: «Tensionar los bancos o dinámicas de boicot comercial no son la mejor manera de hacerse escuchar. Poner en riesgo la economía es siempre un autogol».
Vila, historiador y político militante del PDeCAT, fue alcalde de Figueras (Gerona) entre 2007 y 2012, cuando de la mano del expresidente Artur Mas entró en el Gobierno como consejero de Territorio y Sostenibilidad, cargo que ocupó hasta el año 2016.
Durante su etapa al frente de esta Consejería, Vila, que siempre mantuvo una buena relación con la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, impulsó la línea 9 del Metro, renovó el parque móvil de los Ferrocarriles de la Generalitat e inauguró el aeropuerto comercial de La Seu d’Urgell (Lérida), entre otras actuaciones.
En enero de 2016 fue nombrado consejero de Cultura en el Gobierno de Carles Puigdemont y durante su mandato puso el acento en las políticas de fomento del hábito de la lectura o en el incremento de las aportaciones económicas a las grandes instituciones culturales, pero también destacó por su oposición a devolver a Sijena las piezas de arte almacenadas en el Museo de Lérida.
El 3 de julio de 2017 asumió la Consejería de Empresa y Conocimiento, donde ha visto cómo en las últimas semanas centenares de empresas catalanas -más de 1.500 desde el 1 de octubre- se han llevado la sede social fuera de Cataluña ante la incertidumbre jurídica derivada del desafío separatista.

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