La secretaria general de ERC con funciones de presidenta, Marta Rovira, ha negado este lunes que el partido disponga de «una estructura B» para impulsar campañas de activismo y ha explicado que han encargado una auditoría interna. Sin embargo, el diario ARA ha revelado que existe una estructura paralela que ha ido funcionando a la sombra de los responsables de comunicación para hacer contracampaña y ejecutar campañas negativas. VOX ha anunciado, por su parte, que pedirá explicaciones en el Parlament.
La estructura recibió pagos regulares de una empresa afín, Relevance, sin necesidad de justificar facturas, como ha comprobado este medio.
Entre mediados de 2022 y 2023, el grupo conocido como «los niños de la B», según la dirección de comunicación del partido, facturó al menos 70.000 euros, de los cuales 15.000 se destinaron directamente a pagar a los jóvenes que colocaron los carteles contra los Maragall. Además, en verano de 2023, el director general de Relevance pidió a ERC que comenzaran a justificar las facturas, indicando que los informes no tenían que ser reales, sino «inventados», para facilitar el trabajo del gerente de ERC, Jordi Roig.
La relación entre ERC y Relevance se remonta al menos una década, siendo esta empresa la encargada de la mayoría de las campañas electorales y encuestas internas del partido. Desde 2022, Relevance asumió los pagos a los jóvenes militantes de ERC encargados de las acciones de la B, que en su núcleo reducido eran cinco personas. Las actividades realizadas incluían la colocación de carteles contra los Maragall, la contratación de mariachis en la sede de Junts, el lanzamiento de billetes falsos acusando a Laura Borràs de corrupción y el cartel del beso entre Jaume Collboni y Xavier Trias, además de numerosas acciones en redes sociales con perfiles falsos. A pesar de esto, la portavoz del ejecutivo, Patrícia Plaja, negó en una rueda de prensa que la Generalidad se hubiera beneficiado de la estructura de contracampaña republicana.
Hay numerosas facturas confirmadas por la empresa, que alega que todas están asociadas a trabajos concretos de monitorización de redes. Sin embargo, fuentes cercanas a la B aseguran que nunca se les solicitó ningún informe y que esto no impidió que los pagos continuaran. Las facturas eran presentadas al director de comunicación de ERC, Tolo Moya, quien luego las remitía a la empresa para su pago. Había facturas de diferentes cantidades, incluyendo 2.000, 3.000 y 5.000 euros. Cuando surgían problemas con los pagos, era Sergi Sabrià quien intervenía directamente con el director general de Relevance.