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Les habían prometido acceder a un piso de acogida

Una ONG de Tenerife paga el viaje en avión a Barcelona a dos inmigrantes ilegales gambianos sin documentación

Avión Binter. Redes sociales

La Asociación Coliseo, una de las ONG de Tenerife que más dinero recibe del Gobierno canario para la gestión de los centros de menas, ha sufragado el viaje en avión de dos inmigrantes ilegales gambianos de Canarias a Barcelona pese a haber llegado en patera y no contar con documentación.

Lamine y Oumar, de 18 años, aparecieron esta semana en la parroquia de Santa Anna, en el barrio de Ciudad Vella, tras aterrizar en el aeropuerto de El Prat de un vuelo procedente de Tenerife. Desorientados y sin papeles, explicaron en la parroquia que habían vivido desde los 16 años en un centro de acogida administrado por la Asociación Coliseo, la cual se había hecho cargo de los billetes para su traslado.

Estos jóvenes llegaron a Canarias en patera con 15 años y fueron interceptados por la Cruz Roja. Posteriormente, quedaron bajo la tutela de la Fiscalía de Menores y fueron derivados a un centro gestionado por esta ONG, una de las principales receptoras de fondos públicos para la atención de menores migrantes (menas) en el archipiélago. Entre 2020 y 2021, el Gobierno de Canarias destinó 43,82 millones de euros al mantenimiento de 45 centros de acogida, de los cuales más de la mitad (58,51%) se repartieron entre sólo dos entidades, entre ellas Coliseo.

Con la mayoría de edad cumplida, Lamine y Oumar contaban con la promesa de acceder a un piso de acogida cuando dejaran el centro. Sin embargo, al llegar a Barcelona se encontraron sin alojamiento, sin acompañamiento y con la única referencia de la dirección de la parroquia. Según ha informado la propia parroquia a La Vanguardia, no es la primera vez que ocurre algo similar.

Desde la Asociación Coliseo han negado haberles abandonado, asegurando que una educadora viajó con los jóvenes a Barcelona, les facilitó la ubicación del lugar al que debían dirigirse, les proporcionó billetes de metro y luego regresó a Tenerife. También sostienen que la decisión del traslado fue avalada por la Fiscalía de Menores y que se optó por Barcelona porque los jóvenes tenían familiares en Valencia y hablaban español.

Por su parte, el Gobierno canario ha desmentido haber financiado los billetes de avión. Mientras tanto, la parroquia de Santa Anna ha asumido temporalmente la acogida de Lamine y Oumar y está tratando de recuperar su documentación para reactivar los trámites de regularización, una gestión que, en teoría, correspondía a los centros de menores antes de su salida del sistema de protección.

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