«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
«Intentamos educarlas con los valores de Occidente, pero sus familias no»

Una profesora catalana lamenta que alumnas suyas abandonen el colegio porque sus padres musulmanes las obligan a casarse

Profesora durante una clase en Cataluña. Redes Sociales

Una profesora catalana identificada como Núria Gausachs ha compartido en X (anteriormente Twitter) su experiencia con una alumna de secundaria que no regresó a clase tras las vacaciones de Navidad porque había sido casada. «Es muy triste ser maestra y ver que tus alumnas no vuelven porque las han casado. Intentamos educarlas con los valores de Occidente, pero sus familias no», escribió la docente.

El relato de Núria ha generado una intensa discusión en redes sociales sobre la posible incompatibilidad entre ciertos valores occidentales y las tradiciones de otras culturas. «Es alarmante que Cataluña se convierta en la cuna del Islam por la permisividad de ciertos partidos políticos», comentó una usuaria en respuesta al mensaje de la profesora.

La publicación alcanzó una gran repercusión, acumulando más de 115.000 visualizaciones, 2.400 ‘me gusta’ y cientos de comentarios. Muchos usuarios mostraron su apoyo a la profesora y criticaron los casos de matrimonios forzados, así como otros aspectos culturales percibidos como restrictivos hacia las mujeres, como la obligación de llevar velo o la limitación para acceder al mercado laboral.

https://twitter.com/GausachsNuria/status/1878801983962058841

Entre los comentarios, algunos denunciaban que «el verdadero problema no son estas familias, sino los políticos que facilitan estas prácticas y las permiten bajo el paraguas de la multiculturalidad». Otros relataron situaciones similares: «Niñas que venían a jugar con mi hija ahora van completamente tapadas. Es desolador». Además, se debatió sobre la relación entre las ayudas económicas públicas y la escolarización de estas niñas: «En algunos casos, vinculan las ayudas con que las lleven a clase, aunque tampoco creo que eso sea suficiente para protegerlas».

Sin embargo, no faltaron las voces críticas hacia la postura de la profesora. Algunos comentarios, desde un enfoque más progresista, cuestionaron los valores occidentales que Núria defendía. «¿Qué valores de Occidente? ¿Abandonar a los abuelos en residencias? ¿Creerse superiores por ser blancos? Hipocresía pura», respondió un usuario, en lo que parecía más un ataque ideológico que un aporte al debate.

Este caso no solo ha generado preocupación por la situación de las menores afectadas, sino también un profundo debate social sobre la convivencia cultural en Cataluña y España. La denuncia de Núria ha puesto sobre la mesa la necesidad de garantizar los derechos de las niñas en entornos multiculturales, frente a la tensión entre el respeto a las tradiciones y la protección de los derechos humanos fundamentales.

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