«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Una empleada también sufrió una agresión física dentro de un baño

Una trabajadora de Barajas denuncia que se ha producido una violación en la T4 ante el caos generado por cientos de inmigrantes sintecho

Varios agentes de la Policía Nacional en la T4 del Aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas. Europa Press

La situación en la Terminal 4 de Barajas, donde hasta 500 sintecho, la mayoría inmigrantes, viven, se ha vuelto insostenible. Lo que debería ser una moderna puerta de entrada a España se ha transformado en un foco de conflictos, suciedad y creciente inseguridad que ya ha desatado una fuerte polémica en redes sociales y ha alarmado tanto a trabajadores como a viajeros.

En los últimos días han salido a la luz escenas preocupantes: altercados violentos, consumo de sustancias estupefacientes a plena luz del día, comercio ilegal e incluso prostitución organizada dentro de las propias instalaciones. Según denuncian varios testigos, los aseos públicos se han convertido en puntos de actividad ilícita, y los enfrentamientos con armas blancas ya no son excepcionales, sino habituales.

El mes pasado, por ejemplo, dos hombres protagonizaron una pelea con cuchillo y destornillador en una de las zonas de paso, desatando el pánico entre quienes esperaban sus vuelos. La seguridad se ha visto claramente desbordada, y los trabajadores del aeropuerto aseguran sentirse cada vez más expuestos a situaciones de riesgo.

Uno de los incidentes que más indignación ha generado ha sido la agresión a una empleada del servicio de limpieza dentro de un baño. Según relatan sus compañeros, la trabajadora fue atacada por una persona que frecuenta el aeropuerto como lugar de residencia improvisada.

Las condiciones de salubridad también han empeorado de forma dramática. Las zonas donde se agrupan estas personas presentan problemas de infestaciones de chinches y parásitos, además de un mantenimiento prácticamente inexistente. Los servicios higiénicos están en un estado lamentable, y algunos carritos de equipaje han sido reutilizados como puestos ambulantes para vender productos sustraídos o falsificados.

Además, una trabajadora ha denunciado que el mes pasado se produjo una agresión sexual en grupo en la terminal, afirmando que cada vez son más las trabajadoras que no se atreven a moverse solas por algunas zonas concretas.

Frente a esta situación, los sindicatos han alzado la voz para exigir medidas urgentes. Denuncian que ni los empleados del aeropuerto ni los propios pasajeros deberían verse obligados a convivir con esta realidad, mientras la administración pública se limita a parches ineficaces.

Aena, la empresa que gestiona el aeropuerto, ha intentado trasladar discretamente a estas personas a zonas menos visibles del complejo aeroportuario, pero las acciones no han conseguido solucionar el problema de fondo. Por su parte, el Ayuntamiento de Madrid ha ofrecido recursos asistenciales como albergues, aunque muchos de los afectados se niegan a abandonar el aeropuerto por miedo, desconfianza o falta de alternativas reales.

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