La Policía continúa investigando el asesinato de Borja Villacís, hermano de la exvicealcaldesa de Madrid, y buscan a más implicados en el crimen, ya que cree que podría haber un segundo tirador en la escena y otra persona que les habría ayudado a escapar de la capital.
De los tres detenidos que pasaron el viernes a disposición judicial, dos fueron enviados a prisión provisional acusados de participar en la emboscada mortal. Los encarcelados son Kevin P.E., identificado como uno de los tiradores, y su madre, María José, quien conducía el vehículo implicado en el crimen. El tercer arrestado, Ismael E.V., un amigo marroquí de Kevin, ha quedado en libertad provisional con medidas cautelares.
Según fuentes de la investigación, de momento no hay pruebas que sitúen a Ismael en la escena del crimen. De hecho, él ha aportado alguna pago que realizó en un bar a kilómetros de distancia de lo sucedido y ningún testigo lo ha reconocido como presente durante el homicidio. Por tanto, agentes del Grupo V de Homicidios tratan de identificar, entre amigos y familiares del clan, al individuo que llegó a la escena del crimen en la parte atrás del coche. En la del copiloto iba Kevin y conducía su madre.
Según publica El Debate, Kevin tenía una condena firme de cuatro años y tres meses de cárcel por robo con violencia, aunque no entró en prisión. «Le arrinconaron contra la pared. Mientras el acusado le encañonaba orientando hacia su cabeza una pistola, su acompañante le amedrentaba con una navaja, al tiempo en que le exigían que les entregara el dinero y las joyas que hubiera en la vivienda o le cortarían el cuello y un dedo», señala la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 27 de junio de 2019.
La víctima reconoció en tres ocasiones a Kevin: «Una primera vez, a través de un reconocimiento fotográfico, una segunda vez por los reconocimientos en rueda, y por último en el mismo juicio», asevera la sentencia. Kevin debería haber ingresado en prisión, pero nunca lo hizo.