Un grupo de unos 700 inmigrantes subsaharianos han intentado esta madrugada asaltar el vallado fronterizo de Ceuta, de los que 33 han logrado encaramarse en lo alto de la valla aunque sin llegar a entrar en la ciudad.
Según ha informado a Efe un portavoz de la Delegación del Gobierno, el intento de entrada se ha producido a las 6.00 horas de hoy por una zona intermedia de los 8,2 kilómetros de perímetro fronterizo terrestre.
La Gendarmería marroquí logró dispersar a la mayor parte del grupo menos a 33 inmigrantes, que lograron subir a la parte exterior del vallado -situada a seis metros de altura-, aunque se fueron bajando poco a poco por el lado marroquí y ninguno logró saltar la primera de las dos vallas, según las fuentes.
La Guardia Civil ha desplegado numerosos efectivos en las inmediaciones del vallado, aunque finalmente no han tenido que intervenir.
Tampoco han actuado las unidades de la Cruz Roja, que han estado en la frontera ante la posibilidad que tuvieran que atender a alguno de los inmigrantes.
El intento de entrada se ha producido tan sólo veinticuatro horas después de que dos grupos de 700 y 300 inmigrantes intentaran en la madrugada de ayer llegar al vallado, aunque fueron controlados por las Gendarmería marroquí, que los dispersó sin que llegaran a aproximarse a la zona de monte más próxima a la valla.
La Guardia Civil ya había advertido a Efe de que estaba prevista la posibilidad de nuevos intentos de entrada masiva debido a la gran cantidad de inmigrantes subsaharianos que están ocultos en el lado marroquí.
La espada ha sido, históricamente, un arma de guerra, máxima expresión de la violencia. Siendo, además, Fernando III, conquistador de la ciudad de Sevilla, donde reinaba un estado de tolerancia religiosa. Por si no quedara claro el mensaje, la presencia en la mano izquierda de un globo terráqueo representando al mundo deja a las claras que el símbolo representa la conquista mediante la guerra. Asimismo, es conveniente recordar que la conquista de Sevilla produjo una limpieza étnica de gran parte de su población autóctona y degeneró muy pronto en un clima de hostilidad, odio, violencia y discriminación para los que optaron por quedarse. No es de recibo que el escudo de una ciudad que se ha manifestado múltiples veces de forma masiva contra cualquier expresión de violencia lleve implícita una llamada a la conquista y a la guerra.