«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Las autoridades de la Colonia son conocedores de la debilidad del gobierno de Pedro Sánchez

Las negociaciones con Gibraltar se traducirán en una mayor pérdida de soberanía para España

Peñón de Gibraltar

Este lunes se ha producido una nueva reunión para regular las relaciones del Peñón con su entorno tras lo ocurrido por el Brexit y nada o poco apunta a que habrá una mejora en las condiciones de los vecinos del Campo de Gibraltar. En esta nueva ocasión, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha mantenido un nuevo encuentro con el consejero de la Presidencia de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz, y los regidores de la zona para avanzar los detalles de la negociación con las autoridades británicas.

Curioso es que hasta el momento, las negociaciones no hayan sido exclusivamente bilaterales entre las autoridades españolas y el gobierno británico, sino que ha sido el ministro de Exteriores quién ha delegado en la Unión Europea el papel mediador de defender los derechos y la soberanía del territorio. Así, el pasado 12 de abril, el propio ministro español de Asuntos Exteriores se reunió con el titular británico de Exteriores, David Cameron y con el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, responsable de las negociaciones entre la UE y el Reino Unido tras el Brexit.

En este último encuentro hubo cierto entendimiento sobre el uso compartido del aeropuerto, el tráfico de bienes y la movilidad. Entre estos puntos de las negociaciones, el gobierno de Pedro Sánchez ha pretendido vender con especial énfasis y como si se tratase de un éxito la retirada de la verja, lo que en la práctica se puede llegar a traducir en un favor para el contrabando y un incremento de la competencia desleal de la Colonia al Campo de Gibraltar a pesar de que el ministro haya alegado que serán los funcionarios europeos quienes se encarguen de aplicar la legislación vigente en cuanto al servicio de Aduanas, entre otros.

Mientras tanto, ni el Partido Popular ni el Partido Socialista han hecho alusión a una recuperación real y tangible de la soberanía de la zona. Antes bien –y mediante reiteradas declaraciones–, se han enzarzado en una batalla política en la que ambos se acusan de torpedear el acuerdo y de no hacer posible el crecimiento y desarrollo del Campo de Gibraltar y de los 300.000 andaluces que viven en esta parte de Cádiz.

Hasta el momento, se pone de manifiesto que el Gobierno Británico y las autoridades de la Colonia son conocedores de la debilidad del gobierno de Pedro Sánchez y por lo tanto, están dispuestos a consolidar y mejorar sus condiciones, por ejemplo, ampliando de manera paulatina su extensión marítima, incrementando sus sectores productivos como el pesquero mientras se ha extorsionado a los pescadores andaluces o aumentando su capacidad de paraíso fiscal, aspecto último que cuenta con demasiadas incógnitas sin resolver y que el ministro se ha negado a esclarecer hasta entonces a pesar de tratarse de un territorio bastante recurrido para el blanqueo de capitales por parte del galopante narcotráfico de la zona.

Hasta el último día de la reunión en cuestión, tanto populares como socialistas se han increpado las fechas y la tardanza de la reunión, la falta de información, la actitud poca constructiva, o la presencia o no de ciertas autoridades durante las negociaciones.

Aun con ello, aún no se ha hecho público cuál va a ser el papel exacto de cada una de las fuerzas de seguridad que van a garantizar la seguridad en la zona, cómo se traduce que Gibraltar pueda disfrutar tanto del espacio Schengen como de la unión aduanera, de qué manera van a parar el enorme tráfico ilegal de tabaco, qué sucederá en materia medioambiental –ya que Gibraltar vierte ahora sus aguas residuales directamente al mar–  y si estas negociaciones afectarán en menor o mayor medida a los más de 10.000 vecinos de la zona que cruzan todos los días la frontera para poder trabajar y que viven ahora una gran incertidumbre.

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha reclamado un acuerdo “justo con Andalucía” mientras que el ministro principal del Peñón, Fabian Picardo, ha sentenciado bien la postura británica al constatar que “los acuerdos que se están considerando no cuestionarán en modo alguno la soberanía británica de Gibraltar”.

Frente a ello, VOX, a través de su portavoz en Andalucía, Manuel Gavira, se ha trasladado hoy en el Campo de Gibraltar para mostrar una total desconfianza hacia las políticas del gobierno de Pedro Sánchez al tiempo que se ha reunido para escuchar a los trabajadores transfronterizos. Así, Gavira ha denunciado que Gibraltar es quién gana y aumenta peso con este nuevo acuerdo en la región mientras los campogibraltareños seguirán igual, sufriendo la falta de reindustrialización y la falta de oportunidades.

En efecto, el Campo de Gibraltar sigue consolidado hoy como un territorio en vías de desarrollo al contar con un paro estructural y aún dependiente del sector servicio, con una industria cada vez más débil en la provincia (desde que gobierna el Partido Popular en Andalucía el empleo industrial gaditano ha caído según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE)), con una falta de infraestructuras y con déficits en los servicios públicos como la educación o la sanidad, entre otros.

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