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EN LOS COMICIOS DEL 5-N SE ENFRENTARÁ A TRUMP

Aumentan las evidencias sobre el deterioro cognitivo de Joe Biden a menos de cinco meses de las presidenciales

Joe Biden y Emmanuel Macron. Europa Press

Es casi una sección propia en las redes sociales, los vídeos del hombre (teóricamente) más poderoso del mundo, Joe Biden, desplegando síntomas evidentes de demencia en público. Hemos tenido una nueva remesa en las conmemoraciones del Desembarco de Normandía, donde le hemos visto junto a Macron intentar sentarse en una silla invisible, lamentar la muerte de los soldados rusos en Ucrania y acabar «secuestrado» por su esposa para que dejara de dar el espectáculo.

Pero, a pesar de todo, la consigna en los grandes medios de comunicación de Estados Unidos y del mundo sigue siendo que Biden está en plena forma, que es la bombilla más brillante de la caja y que no hay nada que ver aquí, sigan circulando.

La administración Biden ya no sabe qué hacer para controlar daños a medida que la decadencia mental del «líder del mundo libre» se hace más inocultable. Durante el mes pasado, la Casa Blanca reclamó «privilegio ejecutivo» sobre una cinta de audio de la entrevista sobre los documentos clasificados de Biden con el fiscal especial Robert Hur, cuyas transcripciones fueron alteradas para que Biden pareciera menos incapaz.

Pero todo tiene un límite, y ni más ni menos que el Wall Street Journal ha levantado la liebre sugiriendo que el rey está, si no desnudo, al menos no del todo dueño de sus facultades mentales.

El reportaje aparecido en el Journal tiene en vilo a la Casa Blanca. Cita una reunión a puerta cerrada en enero durante una discusión clave sobre la financiación de Ucrania, en la que la actitud dispersa de Biden, típica de un octogenario no especialmente despierto de una residencia, llevó a algunos participantes a cuestionar su nivel de consciencia, ya que ocasionalmente leía notas y hacía incómodas pausas. «No se podía estar allí y no sentirme incómodo», señaló un asistente sobre la dinámica de la reunión, y agregó: «Sólo diré eso».

En otro ejemplo, Biden olvidó por completo los detalles de «su» propia política sobre grandes proyectos energéticos durante una reunión individual con el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson.

Cuando se pasó a hablar de la reforma migratoria, Johnson ofreció a Biden una lista de docenas de acciones ejecutivas que podría deshacer para mejorar la seguridad fronteriza. Biden, en lugar de responder a las sugerencias de Johnson, lo reprendió: «He olvidado más sobre inmigración de lo que sabrás jamás», todo según el WSJ.

Luego, durante las negociaciones sobre el techo de la deuda con los republicanos de la Cámara de Representantes, el ex presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, y otros señalaron que la conducta de Biden y su dominio de los detalles variaban significativamente de un día a otro. Algunos días, se describió que Biden dependía en gran medida de notas y murmuraba, lo que podría sugerir una inconsistencia en el rendimiento cognitivo. «Solía reunirme con él cuando era vicepresidente. Iba a su casa», dijo Kevin McCarthy, predecesor de Johnson, en una entrevista. «No es la misma persona».

El artículo también señala errores al hablar en público, como mezclar los nombres de los secretarios hispanos de su gabinete, hablar erróneamente sobre conversaciones con líderes fallecidos hace mucho tiempo y otros errores de hecho. Estos casos contribuyen a la narrativa del deterioro cognitivo.

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