Donald Trump vio su primer mandato frustrado a medias por las maniobras del «Estado profundo» y todo parece indicar que quieren repetir el esquema: casi la mitad de los funcionarios federales confiesa en una reciente encuesta que piensan «resistir» al mandato del nuevo presidente.
Lo cuenta el Daily Signal, que se hace eco de una reciente encuesta de RMG Research. La demoscópica consultó a tres segmentos diferenciados de población: el 1% que constituye la élite, gente con títulos universitarios que ganan más de 150.000 dólares anuales y viven en áreas altamente pobladas; los ciudadanos comunes, que representan aproximadamente el 75% de la población, y los funcionarios federales que viven en torno a Washington y ganan 75.000 dólares o más al año.
Consultados estos últimos, el 44% afirma que apoyará a la administración de Trump, mientras que el 42% asegura que se resistirá a ella. Pero la división entre los administradores federales que se resistirían y los que apoyarían a la administración entrante de Trump se amplía mucho más siguiendo líneas ideológicas. El 89% de los funcionarios federales republicanos señalan que «apoyarán algo» o «apoyarán firmemente» a la administración, mientras que el 73% de los burócratas demócratas encuestados señalan que «se resistirían algo» o «se resistirían firmemente». Esto, exactamente, es el famoso «Estado profundo», también conocido como «gobierno permanente».
La encuesta también revela que la supuesta élite, ese 1%, y los estadounidenses comunes y corrientes están bastante alineados en temas como la economía y la inmigración. En cambio, los funcionarios federales dan prioridad al «peligro» que representan las armas de fuego, a la igualdad y al cambio climático, temas que tienen una importancia mucho menor para el resto de los estadounidenses.