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Un ejército de inmigrantes que aguarda al otro lado del Río Grande

Cientos de miles de inmigrantes, a la espera de invadir Estados Unidos tras el fin del Título 42

Frontera EEUU. Europa Press

Los griegos de Homero, al menos, se tomaron la molestia de construir un caballo de madera para entrar en Troya. El ejército de inmigrantes que aún aguarda al otro lado del Río Grande, muy superior en número al usado por Rusia en su invasión de Ucrania, no tiene el menor interés en disimular. Mientras Washington está dispuesto a abocar al mundo a una guerra nuclear por las sacrosantas fronteras de Ucrania, permite que las suyas propias se conviertan en algo peor que un coladero para una muchedumbre —entre 700.000 y un millón de personas— inasumible de ilegales.

Con fecha prevista, incluso. Porque si hoy se va a producir la avalancha —algunos, no pocos, han preferido adelantarse para evitar aglomeraciones y acortar trámites— se debe a que hoy expira, sin que la administración pretenda ampliarlo, el llamado Título 42, una medida que, con enorme éxito, aplicó el Gobierno de Trump recurriendo a motivos de salud pública justificados por la pandemia para devolver a los migrantes contactados en la frontera.

En El Paso, Texas, la situación es abiertamente caótica, «de guerra», como la han calificado observadores sobre el terreno. No hay frontera, sin más; cualquiera puede atravesar la línea imaginaria como quien entra en un WalMart. La cadena CNN cita al gobierno al cifrar en más de 150.000 (muy por lo bajo) los inmigrantes que aguardan en refugios y en las calles de los estados del norte de México que limitan con Estados Unidos este fin de semana. Según ese mismo informe hay unos 60.000 migrantes en el estado mexicano de Chihuahua, 35.000 en Tamaulipas y 25.000 en Coahuila. El Gobierno también estima que hay cientos de miles de migrantes en el sur de México y países centroamericanos que se dirigen a Estados Unidos.

Mientras, la actitud pasiva del equipo de Biden revela su profundo desinterés ante la invasión, una actitud que coincide con la que puede apreciarse en muchos otros países de Occidente, incluida España, donde se nos hurta este debate, uno de los más cruciales de nuestro tiempo.

La invasión es tan inocultable, tan evidente, y la amenaza de los gobernadores de los estados fronterizos de enviar remesas de ilegales a las ciudades demócratas tan ominosa, que ante las no lejanas elecciones presidenciales Biden podría verse obligado a actuar.

Así, y de creer a la cadena CBS (que asegura haber visto los documentos), la administración Biden se dispondría a recuperar una medida de la era Trump como expediente desesperado para ayudar a facilitar las deportaciones rápidas de inmigrantes que ingresan ilegalmente a los Estados Unidos. Según la nueva regla, los solicitantes de asilo que no puedan demostrar que solicitaron protección previamente en un tercer país, como México, no serán elegibles.

Según la exclusiva de CBS, cientos de agentes de inmigración han recibido capacitación sobre cómo hacer cumplir la nueva restricción, que se espera sea impugnada en un tribunal federal. Es difícil saber si la noticia será cierta, e incluso si la política tendrá el impacto buscado. De entrada, no se aplicará a los menores no acompañados para los que la administración Obama-Biden construyó jaulas en los que retenerlos hace más de una década.

The Epoch Times ha entrevistado a Tom Homan, exdirector de la agencia de inmigración (ICE), para quien esta crisis fronteriza es «el mayor fallo de inteligencia de seguridad nacional desde el 11 de septiembre«. “Lo que le está sucediendo a la frontera sur en este momento, en mi opinión, después de hacer esto durante 35 años, es la mayor falla de inteligencia de seguridad nacional desde el 11 de septiembre”, dijo, y agregó: «Esta es una gran falla de seguridad nacional».

Homan declara que durante la administración de Biden «cruzaron la frontera sin ser detenidos terroristas conocidos y presuntos».

«Más de 1,4 millones de fugitivos conocidos» han cruzado la frontera ilegalmente desde que Biden llegara a la Casa Blanca. Eso, los conocidos, pero, añade, «¿cuántas personas habrán cruzado la frontera de las que no sabemos nada porque no fueron capturadas con un dron, un sensor o una cámara? Teniendo en cuenta la cifra que conocemos, 1,4 millones, podemos multiplicar ese número por dos o por tres».

Homan agregó que algunos inmigrantes ilegales arrestados durante la administración de Biden son de países que patrocinan el terrorismo. «Ya arrestaron a más de 170 personas de la lista de vigilancia de terroristas. Esos son los que han arrestado», dice Homan. Del número desconocido de inmigrantes ilegales que han ingresado ilegalmente a los Estados Unidos, «un gran porcentaje lleva fentanilo, un gran porcentaje de ellos son delincuentes y pandilleros. Y créanme, un gran porcentaje de ellos van a ser conocidos y presuntos terroristas», dijo.

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