En Estados Unidos votar es muy sencillo, por la inexistencia de un documento de identificación nacional y por la laxitud de muchas leyes estatales. En algunos estados no se exige ninguna prueba de nacionalidad al inscribirse en el censo de votantes ni de identificación al emitir el voto. En la izquierdista California, el gobernador Gavin Newsom (demócrata), sobrino de la expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, ha prohibido a los ayuntamientos la exigencia de un documento de identidad, de modo que muchas personas han podido votar sin más prueba de ser quien dicen ser que su palabra.
El número de estados que liberan a sus ciudadanos de la molestia de identificarse ante las urnas son 14, más la capital, la ciudad de Washington, que no es un estado pero elige a tres delegados para el colegio electoral y donde Trump ha recibido menos de un 75 de los votos.
La lista comprende a Maine, Vermont, Masachusets, Nueva York, Nueva Jersey, Maryland, Illinois, Minnesota, Nuevo México, Nevada, Washington, Oregón, California y Hawái.
De los 19 estados en que ha ganado la vicepresidenta Kamala Harris en las elecciones del día 5 de noviembre, 13 pertenecen a este grupo, entre ellos, California y Nueva York, que aportan 82 delegados al colegio electoral, un 19% de su número total. Y, por supuesto, la capital, donde Trump sólo ha obtenido poco más de 20.000 sufragios.
A la identificación ante las urnas, se oponen los demócratas con el argumento de que es discriminatoria e incluso racista. Sin embargo, la candidatura Harris-Walz quedó primera en algunos de los estados que exigen el documento de identificación con foto, como New Hampshire y Rhode Island, o sólo con el nombre, como Connecticut, Delaware, Virginia y Colorado.
De estos 14 estados y el Distrito de Columbia, que suelen exigir identificación personal para subir a un avión o comprar una casa, un arma o alcohol, Donald Trump sólo ha vencido en Pensilvania y Nevada. Para las próximas elecciones presidenciales, Nevada dejará esta vergonzosa lista, ya que en un referéndum celebrado el mismo día de las elecciones la mayoría de la población ha aprobado la incorporación a la Constitución de una cláusula que exige un documento con nombre y foto para participar en las elecciones.
La victoria de Trump y Vance se ha producido en 30 estados, en 28 de los cuales los funcionarios requieren una prueba de identidad a los votantes. Es decir, los republicanos ganan en los estados donde el derecho al voto está más garantizado y protegido.
Mientras tanto, a punto de cumplirse una semana de las elecciones, faltan docenas de miles de votos por contar en estados como Oregón Washington, Arizona y Nueva York. En la progresista California quedan aún casi cinco millones y las oficinas de los condados tienen de plazo hasta el 3 de diciembre para enviar al gobierno local los resultados de las elecciones presidenciales.
En estas circunstancias, creer que en determinados estados no se cometen fraudes o manipulaciones es un acto de fe democrática.