«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Fue un día antes de las elecciones... pero no ha dado resultado

Delirio demócrata: una cadena de televisión de EEUU equipara a Trump con Franco y Maduro

Campaña contra Trump en la cadena de televisión por cable MSNBC. YouTube

El «Francomodín» también ha llegado a Estados Unidos y quizás haya sido la aportación de Pedro Sánchez a la campaña de Kamala Harris, pero no le ha funcionado. ¿Será Franco un amuleto?

La cadena de televisión por cable MSNBC, que emite desde Nueva York, es conocida por su tendencia de izquierdas. Al menos no engaña a nadie y, sobre todo, no la pagan los ciudadanos vía impuestos a diferencia de RTVE.

Una de sus estrellas es la periodista Joy Reid, que lleva ocho años viviendo de echar odio sobre Donald Trump y los republicanos. El lunes por la noche pronunció una arenga para su audiencia, de menos de dos millones de personas, animándoles a votar por Kamala Harris. Y recurrió a uno de los eslóganes más repetidos por la izquierda desde que Trump apareció en la política nacional en 2016: la amenaza inminente del fascismo.

Así comenzó: «A este lado de la pantalla (…) hemos expuesto lo que está en juego en estas elecciones cruciales en las que un bando defiende la libertad, mientras que el otro responde a la definición de libro de texto de fascismo, es decir, un régimen dictatorial de extrema derecha como la Alemania de Hitler o la España de Franco o la Italia de Mussolini, pero también la Sudáfrica gobernada por los blancos antes de que Mandela y la mayoría negra tomaran el control, o la Rusia de Vladimir Putin, la Hungría de Viktor Orban, o Nicolás Maduro en Venezuela».

Hitler, Mussolini y Franco. ¡El Eje! ¡La Segunda Guerra Mundial! Dos dictadores que persiguieron a los judíos y otro que los salvó. Bueno, no pidamos matices a la clase moralmente superior por muy educada que éste; Joy Reid es graduada por Harvard. Para actualizar el mensaje, citó al ruso Putin, al venezolano Maduro y al húngaro Orbán, del que las autoridades de la Unión Europa nunca han podido decir que las elecciones en su país estuviesen amañadas. No apareció el mayor tirano del mundo, el chino comunista Xi Jinping.

Todos esos regímenes, prosiguió Reid, tienen en común que «suprimen los derechos de las mujeres y las minorías, utilizan a los militares para ejecutar los caprichos de un dictador hombre fuerte, y controlan y suprimen la prensa, la educación, las artes, reescriben la historia para adaptarla a una clase racial favorecida y dominante, y fomentan una corrupción extravagante para enriquecer al dictador y a sus amigos». Es, según ella, lo que hizo Franco, cuyos descendientes apostamos que no tienen la fortuna de tantos dirigentes socialistas, y lo que hará Trump a partir de ahora.

A continuación, la periodista woke dejó a Franco en paz para afirmar que Elon Musk «ha comprado a Trump por 75 millones de dólares»; que el socio de éste, Peter Thiel, «es dueño» del vicepresidente JD Vance, «que odia a las mujeres»; que Stephen Miller, asesor de Trump, «parece soñar con el regreso de los campos de internamiento a suelo estadounidense».

En este párrafo, las palabras más extensas se las adjudicó al exdemócrata Robert F. Kennedy, porque «este fin de semana anunció que la primera orden del día será poner fin a la fluoración de nuestro suministro de agua, devolviéndonos a una época en la que las caries infantiles y las enfermedades bucales eran rampantes». También dijo que Kennedy haría que «el sarampión, las paperas y la poliomielitis reaparezcan junto con el coronavirus. Y diablos, ¿por qué no traer de vuelta la peste bubónica?». O sea, Trump es Hitler y, si no te lo crees, Franco.

Los ciudadanos norteamericanos se han pronunciado… y ha ganado el bando que encaja en «la definición de libro de texto de fascismo». Si fascista es un insulto, ¿cómo va a reaccionar la gente a quien le insulta a diario llamándoles fascistas, nazis, racistas o machistas? Los encuestadores deberían tratar de investigar cuántos millones de votantes llevan estos demagogos a las candidaturas patriotas.

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