«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Señalado por los demócratas

El alcalde de Nueva York no descarta volver al Partido Republicano: «Voy a defender los valores estadounidenses»

El alcalde de Nueva York, Eric Adams. Europa Press

La victoria de Donald Trump en las pasadas presidenciales ha sido tan abrumadora que está provocando un verdadero terremoto en el Partido Demócrata, donde muchos de sus figuras de relieve empiezan a verle las orejas al lobo de una impopularidad sostenida que arruine su futuro político. Y con esa iluminación vienen las maniobras de cesión y acercamiento.

Es, sobre todo, el caso del alcalde demócrata de Nueva York, Eric Adams. En un par de entrevistas concedidas el viernes, Adams —que fue miembro del Partido Republicano entre 1995 y 2002— se negó a descartar un regreso a las filas republicanas. «El mío es el partido de los estadounidenses», dijo a NY1 cuando se le preguntó directamente sobre su futuro político. Volvió a insistir en este equívoco en una entrevista posterior en PIX11, subrayando que su lealtad está en los «valores estadounidenses» por encima de las líneas partidistas.

«No importa de qué partido sea o por el que vote, voy a defender los valores estadounidenses«, declaró, instando a los líderes a trabajar más allá de las afiliaciones políticas para resolver los problemas de los votantes.

Más allá del evidente oportunismo político, Adams tiene razones particulares para esa evolución. A la llegada al cargo declaró su voluntad de mantener a la Gran Manzana como una «ciudad santuario», es decir, como un territorio que se negaría a colaborar con los agentes de inmigración en su labor de deportar a los ilegales. Era el tiempo del Welcome Refugees y, después de todo, Nueva York parecía quedar lejos de esos estados sureños sobre los que se derramaban interminables riadas de recién llegados.

Pero las estrategias de los gobernadores de esos estados, algunos de los cuales fletaban autobuses para llevar a los ilegales a ciudades gobernadas por demócratas, unidas a lo inabarcable del fenómeno, ha convertido Nueva York en meta de miles de inmigrantes que han desbordado los servicios municipales y ocasionado incontables quebraderos de cabeza a Adams y su equipo, moderando súbitamente su entusiasmo inmigracionista.

Adams ha dado señales de apoyo provisional a los planes de deportación dirigidos contra inmigrantes indocumentados con delitos graves, una postura que se alinea más estrechamente con la plataforma de inmigración de Trump que con la postura de su propio partido.

La relación de Adams con Trump adquiere mayor importancia a la luz de sus batallas legales en curso. El alcalde enfrenta una acusación federal de cinco cargos, y la administración entrante de Trump está lista para reemplazar al fiscal federal que procesa a Adams. Trump, quien ha presentado repetidamente sus propios problemas legales como motivados políticamente, ha expresado empatía por la situación de Adams. Se ha especulado con que el presidente electo podría extender un indulto al alcalde, entrelazando aún más sus fortunas políticas.

A pesar de su disposición a dar un giro a su postura republicana, Adams insiste en que planea presentarse a la reelección el año que viene como demócrata. «Eso es lo que me propongo hacer», dijo a los periodistas el viernes. Sin embargo, su tibio respaldo al Partido Demócrata y su anterior afiliación al Partido Republicano dejan lugar a dudas.

Los críticos de Adams consideran que sus comentarios son un esfuerzo calculado para cubrirse las espaldas mientras Trump se prepara para ejercer una influencia significativa sobre el panorama político y legal de la ciudad de Nueva York. Los demócratas locales han expresado su frustración y algunos se preguntan si Adams está utilizando su posición para alinearse con la administración de Trump y obtener beneficios políticos.

Adams defendió su polémica postura con un atrevido mensaje de despedida: «A quienes no les guste, me cancelarán», dijo. «Yo digo: cancélenme. Estoy a favor de Estados Unidos».

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