El Departamento de Educación de Estados Unidos ha suspendido este lunes las ayudas a la investigación que el Gobierno otorgaba hasta ahora a la Universidad de Harvard, después de retirarle el viernes los privilegios fiscales que tenía.
En una carta dirigida al presidente de la universidad, Alan Garber, la secretaria de Educación, Linda McMahon, ha sustentado la decisión en las «constantes violaciones de sus propios deberes legales», según la misiva que la propia McMahon ha difundido en la red social X.
«En todos los sentidos, Harvard ha incumplido sus obligaciones legales, sus deberes éticos y fiduciarios, sus responsabilidades de transparencia y cualquier atisbo de rigor académico», ha afirmado la secretaria de Educación.
A partir de ahora, «Harvard dejará de ser una institución financiada con fondos públicos y, en su lugar, podrá funcionar como una institución financiada con fondos privados, recurriendo a su colosal dotación y recaudando fondos de su gran base de ricos exalumnos», continúa la carta.
«Tienen una ventaja de aproximadamente 53.000 millones de dólares (46.938 millones de euros), gran parte de la cual ha sido posible por el hecho de que viven entre los muros de, y se benefician de, la prosperidad garantizada por Estados Unidos y su sistema de libre mercado que enseñan a sus estudiantes a despreciar», ha escrito.