Funcionarios del Departamento de Justicia están considerando cómo archivar los dos casos penales federales contra el presidente electo Donald Trump antes de que asuma su mandato, en línea con la política de larga data del departamento que impide procesar a un presidente en funciones, según han informado a NBC News dos fuentes con conocimiento del asunto.
Este análisis actual del Departamento de Justicia contrasta con la estrategia previa al día de las elecciones del fiscal especial Jack Smith, quien avanzó en el caso de interferencia electoral contra Trump sin prestar atención al calendario electoral. Sin embargo, los funcionarios han reconocido que es inviable celebrar un juicio en un plazo breve, tanto en el caso de los documentos clasificados como en el del 6 de enero, ya que ambos casos están atascados en disputas legales que podrían terminar en una apelación ante la Corte Suprema, independientemente del resultado electoral y con mayoría republicana.
Ahora que Trump regresará a la presidencia, el Departamento de Justicia considera poco probable poder procesarlo, y se ha llegado a la conclusión de que no tiene sentido continuar litigando estos casos a pocas semanas de su toma de posesión, según las fuentes.
«El cierre de estos casos es algo sensato, inevitable y desafortunado», comentó Chuck Rosenberg, exfiscal federal y colaborador de NBC News.