El gobernador republicano Ron DeSantis ha anunciado que prohibirá permanentemente los mandatos covid en escuelas y negocios en el estado de Florida. Estas nuevas medidas tienen como objetivo proteger a los residentes de Florida de las normas y reglamentos autoritarios que se impusieron en todo el país durante la pandemia.
Uno de los proyectos de ley clave se enfoca en preservar la libertad individual y consolida las garantías que se aplicaron en el estado rebelde estos últimos años. En particular, la legislación prohíbe permanentemente los mandatos de vacunas, lo que garantiza que los residentes tengan la autonomía para tomar sus propias decisiones de atención médica.
DeSantis señaló que las escuelas de Florida no podrán exigir vacunas contra el covid, ni el lugar de trabajo puede exigir pasaportes vacunales.
«Hay que hacer permanente todo esto», anunció DeSantis. «Todas las garantías que hemos aplicado en los últimos dos años».
DeSantis abordó también el problema de los datos engañosos procedentes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y citó la obligatoriedad de las mascarillas en las escuelas como un ejemplo de políticas erróneas que se aceptaron universalmente. Al promulgar estas nuevas leyes, Florida busca evitar cometer los mismos errores y, en cambio, priorizar la toma de decisiones basada en evidencia de datos locales.
Las nueves leyes también prohíben toda discriminación por el estado de vacunación del sujeto, es decir, evitar casos como los deplorablemente frecuentes en otras partes de casos de personas a las que se les niegan trasplantes de órganos debido a la negativa a vacunarse.
Además, el proyecto de ley formaliza el rechazo del estado a someterse a las directrices de la Organización Mundial de la Salud. En el futuro, cualquier recomendación de salud pública adoptada por Florida debe ser aprobada por el propio Departamento de Salud del estado. «Queremos servir como amortiguador de orientaciones erróneas y sometidas a la OMS», asegura DeSantis.
El gobernador también anunció un proyecto de ley que da a los médicos libertad de expresión en su práctica y les faculta para tomar decisiones basadas en evidencia científica en lugar de estar obligados por mandatos, promoviendo así la medicina basada en evidencia y permitiendo que los médicos brinden la mejor atención posible a sus pacientes.
«No queremos ceder a la autoridad o seguir a la manada. Es decir, más o menos lo contrario de lo que han hecho estados como California», señaló DeSantis.
Por último, Florida se ha convertido en el primer estado de la nación en prohibir la investigación de ganancia de función, el modelo de experimento que, con toda probabilidad, produjo el virus SARS-COV2 en Wuhan. «¿Por qué no responden personas como Fauci cuando dijeron que jamás se habían dedicado a algo así? Ahora que no era cierto», agregó.
Además de volver a posicionar a Florida como una tierra de libertad frente a la creciente y asfixiante injerencia de Washington, DeSantis se distancia de uno de los peores legados de su rival en las primarias republicanas, Donald Trump, que sigue defendiendo su actuación en los inicios de la pandemia y los «millones de vidas» que supuestamente habrían salvado «sus» vacunas.
Con independencia de la postura que se tenga sobre las restricciones de pandemia y los mandatos vacunales, lo cierto es que una proporción enorme del trumpismo está en el lado opuesto a su candidato en este asunto.